Lo peor que te puede pasar tras un viaje de 11 horas es que no puedas hacer el check in en el hotel. Llegamos a eso de las 11 y hasta las 14 nada de nada. Así que a buscarnos la vida durante tres horas. Paseamos por Shinjuku, por calles que recordábamos de nuestra anterior estancia en el hotel, sin un objetivo fijo. Comimos en una especie de italiano, algo ligero para evitar el sufrimiento del estámgo tras el vuelo. Tras arrastrarnos durante dos horas y media, volvimos al hotel, hicimos el check in y nos dejamos caer en la cama como perrillos. Con una siestecita de tres horas mediante, nos arreglamos para dar un paseo tranquilo por Ginza y cenar.
El primer día entero en Japón ha transcurrido en Tokio. Teniamos pensado ir al Jardín Botánico, pero la lluvia que cayó durante todo el día nos obligó a buscar planes alternativos. Pablo siempre tiene algo que comprar, así es, así que fuimos a una tienda de fotografía en Ikebukuro para que se comprara un objetivo para la cámara. Una vez cumplido este trámite pensamos en ir a un centro de información sobre emergencias que llevan los bomberos. Se suponía que íbamos a ver simulacros y pautas de actuación en caso de terremotos o incendios. El caso es que todo fue un poco desastroso. Seguimos las indicaciones de la guía hasta un sitio en el que no parecía estar, preguntamos en una comisaría y nos mandaron a otro sitio, no precisamente al lado, y allá que nos fuimos. El caso es que tampoco estaba en el otro sitio, sino en el primero. Después de haber andado bastante, con la lluvia y algo cansados decidimos pasar de ir otra vez. Así que, entre que la guía y su mapa no eran muy precisos, y que el hombre al que preguntamos no tenía ni idea, nos fuimos sin verlo :(.
Un tanto frustrados nos fuimos a Akihabara, parada obligada donde las haya. Volvimos a pasear por sus ruidosas callecillas llenas de ordenadores de segunda mano, maids repartiendo panfletos y extranjeros sorprendidos. Comimos en Jangara Ramen, sitio enano, como sólo puede existir aquí con un ramen delicioso. Muy, muy recomendable. Después de comer y tomar un café en el nuestra cadena preferida: Excelsior, nos fuimos al hotel y cometimos el error de echarnos un poco, que se transformó en casi tres horas. La tarde al final se quedó en nada, pero estábamos todavía cansadillos del viaje y la lluvia tampoco ayudó.
Hoy hemos salido hacia Osaka y estamos disfrutando de los comodísimos trenes japoneses después de una frustrante conversación con un impaciente y poco comprensivo dependiente en la estación. Qué borde el tío. Como nota positiva diré que he conseguido salir airosa del trámite con los dependientes de la empresa de transporte que hemos elegido para enviar nuestra maleta de un sitio a otro mientras estamos aquí. Veremos si llega :).
Parece que nuestro primer día no ha sido muy positivo, pero no es así. La lluvia nos fastidió un poco pero nos lo tomamos con calma y, a pesar de los detalles negativos, estamos descansando y disfrutando de las vacaciones.
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