Decíamos ayer que el plan para hoy era ir a Volterra. El pueblo de Volterra es muy antiguo, con evidencias de su existencia desde el siglo VIII a. e. c. Tiene restos de época etrusca, romana y medieval fundamentalmente. Es famoso desde el principio por sus canteras de alabastro que siguen aún activas.
Volterra se encuentra a una hora y media de donde estamos alojadas, así que salimos a una hora decente con idea de llegar sobre las 11h. Nuestro plan fue perfecto hasta que llegamos a 25 km de nuestro destino y nos encontramos con dos caravanas que iban a paso de tortuga, les seguíamos una recua de coches resignados a nuestro triste destino por una carretera plagada de curvas por la que era imposible adelantarlas. Odio las caravanas. Tardamos al menos veinte minutos de más en el trayecto.
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He de decir que, en toda su magnanimidad heteropatriarcal, Pablito me ha dejado conducir a la ida porque, ojito, no había desayunado y así con mi forma de conducir no le entrarían náuseas.
[Nota de Pablo] Cito a Borja "Angela, tienes un modo de conducir un poco brusco". Pero es sobre todo la enorme cantidad de curvas en segunda marcha lo que hace que se me ponga mal cuerpo si no conduzco (pues en ese caso el cerebro concilia mejor la posición estática en el coche con la movida exterior).
Entrada por la Porta Fiore
En fin, que una vez llegados y aparcados en uno de los parkings que hay a la entrada del pueblo, nos pusimos andar. El pueblo no es muy grande para caminar, Pablo dice que unas tres veces Pedraza, así que nada está muy lejos y es muy manejable. Las callecitas están bien cuidadas y si se sale un poco de las principales en las que están casi todos los establecimientos más turísticos, se sigue apreciando el cuidado y atención con la que el pueblo está mantenido. Tiene todas las características más familiares de un pueblecito típicamente medieval, rodeado de unas buenas murallas, con sus plazas, edificios señoriales rodeándolas y la catedral.
Portada del diario La Nazione. No nos extraña nada, no estamos ni muchísimo menos solos. Hay tantos Fiat Panda como alemanes en Italia este mes
Nada menos que una Vía Gramsci, respect.
[Nota de Pablo] Curiosamente su enorme e imponente muralla medieval sirve de presidio y solo se puede disfrutar desde cierta distancia, una pena. Una diferencia con Pedraza u otros pueblecitos medievales de España es que Volterra se eleva a cuatro alturas. Los edificios son realmente altos. Esto hace que incluso calles relativamente anchas den una sensación de callejas porque están en relativa penumbra. Nota histórica: Volterra trató sucesivas veces de mantenerse independiente de Florencia en los siglos XV y XVI pero las rebeliones fueron brutalmente castigadas.
Nuestro objetivo número uno era ver el Museo Etrusco que es algo de lo que hay mucho menos disponible fuera de Italia y es generalmente menos conocido. Para nuestra sorpresa estaba cerrado por renovación. No nos habíamos encontrado todavía con el sitio cerrado de rigor y nos ha pasado hoy. Esto nos ha fastidiado bastante porque las otras visitas museísticas del pueblo no nos hacían demasiada ilusión (museo del alabastro y una pinacoteca sin mucha relevancia) ni tampoco la visita al Palazzo Petrorio de una de las plazas principales.
Pues nada, nos hemos ido paseando a la catedral Cattedrale di Santa Maria Assunta. La catedral está en una plaza que engaña un poco porque bajando por la calle que parece más importante se llega a una plaza grande en la que está el mencionado Palazzo y algún otro edificio civil y la catedral está más alejada en una plaza mucho más pequeña. Para entrar en la catedral hay que pagar una entrada que da entrada a la misma, al baptisterio que tiene en frente y a una audioguía.
El edificio principal es muy pequeñito, para lo que una está acostumbrada cuando piensa en catedrales y es más bien del tamaño de una iglesia con una fachada discreta. El interior es bastante más resultón siendo el techo lo más destacable en mi opinión, no sólo por su colorido, sino por la abundancia de decoración en contraposición a las relativamente espartanas paredes de las naves laterales. Por supuesto la catedral tiene unos cuantos elementos de alabastro.
Techo de la nave central de la catedral con el rosetón de la contrafachada al fondo.
Martirio de San Sebastián, of course. Obra de Francesco Cungi (1587). Los arquitos son de risa y la técnica de pulgar es rara.
Una callecita que da muestra de que tanto el pavimento como (algunos de) los edificios están remozados y cuidados
[Nota de Pablo] tras el chasco del museo etrusco cerrado creo que hemos cometido el error de pasar del Duomo a esta catedralita. De pronto ha sido todo muy común. Yo escuchaba cada palabra de la audioguía para fijarme en hallazgos pero ni eso, la audioguía no paraba de soltar cosas obvias y repetirse muchísimo sin profundizar en nada. Lo siento por esta catedral, mea culpa.
El baptisterio es más intesante por fuera que por dentro, pero no está mal ya que estás allí. Aunque Ravenna nos ha estropeado todos los demás baptisterios de este viaje, éste no era competición ¯\_(ツ)_/¯
Curioso e inesperado. Queremos saber más.
Terminados con la catedral, nos fuimos a dar un paseo por el pueblo antes de ir a comer en un sitio que Pablo decidió porque tenía Tierra Media en el nombre (Terra di Mezzo). LOL.
Letrero con tipografía esperable
Un troll o algo
Una cabeza de jabalí del que cuelga un cartel que reza "Vegano, aléjate de mí" y es que en este lugar presumen de buenas carnes
[Nota de Pablo] Menuda trampa. La comida estaba muy rica y el servicio muy atento, tratando de chapurrear castellano. Pero el nombre claramente buscaba el gancho comercial sin aportar nada de nada tolkieniano. Ni siquiera los trolls folklóricos de la entrada daban el pego. Sin ningún otro criterio para tomar un plato a mediodía, tampoco hemos estado desatinados.
El sitio estaba bien, eso hay que decirlo y la pasta que yo me he comido me ha gustado (sí, yo también estoy sorprendida) y era mejor que la que ha pedido Pablo, jeje.
A los pies de este gran letrero sobre el "alma de Volterra" en donde se ve la paloma que estaba en la bóveda de la catedral, estaba esta otra paloma espachurrada. Un contraste escatológico que he querido documentar.
Con los estómagos llenos nos hemos ido hacia un parque en el que hay una especie de yacimiento arqueológico de la época más antigua de la ciudad con restos romanos y etruscos. No está mal pero sin más. La entrada no se puede comprar individualmente, sino que hay que comprar una entrada conjunta para cinco sitios: el yacimiento, el teatro romano, el museo del alabastro, el palazzo y se me ha olvidado la quinta. La verdad es que nos queríamos ir ya pero decidimos pagar y dejarnos caer por el teatro romano antes de ir a por el coche.
Restos de una acrópolis etrusca de siglos VI-II a.C. Apenas quedan los cimientos y hay que echarle imaginación pero de eso andamos sobrados
Al final no fue una mala idea, el teatro es mucho más interesante que las ruinas y está junto a los restos de unos baños de los que aún se conserva algún mosaico. No está al nivel de conservación de otros que conocemos pero está bien para verlo si se está por la zona.
El teatro romano y los baños, detrás. Cuando hay yacimiento de baños, siempre significa que había mucha actividad en ese lugar. Los baños son una exigencia de las urbes dinámicas
Una columna con capitel de estilo dórico
El último punto fuerte que hay que mencionar de Volterra es que está en un alto y tiene unas vistas fantásticas de la región, muy toscanas.
Preciosas vistas
Las murallas medievales desde fuera. Recordad, es un presidio.
De vuelta, Pablo decidió que su estómago no iba a soportar mi estilo de conducción, así que se puso él al volante. Adivina... Otra maldita caravana los 25 km y más allá.
¡¡¡Que ardan todas en el fuego eterno!!!
Ved John Wick, que es un peliculón
Ejem.
Como iba diciendo, nos pusimos en camino con la intención de parar en algún sitio interesante cerca de nuestro alojamiento para verlo, dar una vuelta y cenar. El sitio seleccionado fue un lugar recomendado por nuestro anfitrión llamado Montefioralle. No fue una buena idea. A ver, el sitio es muy mono pero lo ves en 15 minutos si no haces fotos, si las haces pues en 20 o 25 estás enfilando hacia el coche. Debíamos haberlo sospechado cuando un amable señor en el parking nos ofreció su ticket con 25 minutos que le sobraban, pero no hicimos caso a este augurio y sacamos otro con tiempo de sobra para poder cenar y, así en pocas palabras, nos lo hemos comido con patatas, y no las de la tortilla que ha hecho Pablo para cenar.
[Nota de Pablo] En este pueblo juraría que hemos estado en alguno de los otros dos viajes por esta zona, en 2012 o 2017. Un trecho rodeando la muralla interior me recuerda a Lari, pero sin tener un castello. Hemos visto un lugar de degustación de aceites de oliva y vino, algo que queremos hacer antes de volvernos (más lo del aceite que lo del vino, pero el combo nos parece bien) pero hemos intuido que habrá otros lugares más "pro" para hacer esto.
LLegada a Montefioralle
Un arco de entrada. La hiedra es omnipresente en la Toscana, casi como las mandevillas rojas
Un rincón de postal. Se pueden ver hasta los característicos cipreses en lontonanza
La luz vespertina bañando los campos de vides con algunos olivos en primer plano
En vista de este fracaso, hemos decidido volvernos a cenar a casa en vez de estar dando tumbos hasta la hora de la cena.
[Nota de Pablo] Hay que acabar las provisiones así que han caído los 3 huevos restantes y la mitad de las patatas en una tortilla española. Ahora hay que ver qué hacemos con el aceite de freír las patatas antes de irnos...
Y así acaba nuestra aventura por Volterra y las sinuosas carreteras toscanas. Mañana es el día de rigor dedicado al tiro con arco, así que el post lo escribirá Pablo cuando se tercie en su blog, que necesita CONTENIDO.
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