Reina Vigdis II en La Fiesta de los Disfraces, boceto de RU-MORBueno, ya han pasado tres meses desde que se publicó la Caja Verde de nuestros amigos de La Marca del Este editada por Holocubierta.
Como ya sucedió con la aventura que escribí para la Caja Azul “Cantemos junto al fuego en el Camino Mantícora”, la del “Rapto en la Hacienda Labadía” de Pedro “Steinkel” y en menor medida las dos incluidas en la Caja Roja, pasan por la afición sin pena ni gloria.
Esto es hasta cierto punto previsible ya que estas aventuras tienen una extensión relativamente corta (32 páginas a lo sumo) y es un contenido adicional en un producto que es protagonista por otros muchos motivos. Nada que ver con módulos extensos y más trabajados que se publican por sí solos y que son parte esencial de la línea de productos de una editorial.
QR de La Fiesta de los Disfraces ¡ATENCIÓN SPOILER!La ventaja que sí tenemos con estas aventuras más cortas en extensión (y que no suelen prolongarse más allá de tres sesiones de juego) es que podemos experimentar un poco y hacer como un buen primer capítulo de un libro de fantasía. En el caso de La Fiesta de Disfraces Angela “Ghilbrae” y yo teníamos la misión de aplicar los QRs como novedad, algo mucho más difícil de plantear por primera vez en un módulo de 100 páginas que ha de venderse por sí solo. La reacción ha sido positiva y nos alegramos mucho por ello. Ahora esperamos que esa pica en Flandes sea aprovechada por otros.
Sin embargo, la aventura no son simplemente los QRs, eso es sólo una herramienta opcional. La aventura habla de personajes y lugares de La Marca del Este muy adecuados para grupos de aventureros que llevan ya unas partidas juntos a sus espaldas y están empezando a interactuar con el mundo. Curiosamente, por la concepción de la Fiesta como reunión de aventureros, también puede prestarse fácilmente para una sola sesión en unas jornadas (es fácil acortarla, yo mismo lo hice en el segundo aniversario de Holocubierta para que durara apenas 5 horas).
Esta aventura da un enorme poder y responsabilidad al Narrador. Como a Angela y a mí nos gustan las sesiones de juego en donde es más importante una buena historia que un seguimiento relativamente encorsetado de un guion, preferimos escribir aventuras en donde se planteen los lugares, los personajes, el hecho que echa a rodar todo y las condiciones que rigen el módulo. A partir de ahí, el Narrador tiene que tomar el control y reaccionar e improvisar con habilidad ante la libertad creativa de los jugadores.
Finalmente, esta aventura deja algunos flecos abiertos que pueden desencadenar otras aventuras futuras, las escribamos nosotros o no. Queríamos que los jugadores se quedaran con la sensación de que algo mucho más grande que ellos, digno de una leyenda, observa el discurrir de los acontecimientos expectante. Imaginar lo que se esconde en los huecos puede ser lo mejor de una aventura y yo soy partidario de no arrojar luz sobre esos huecos si no estoy obligado a ello.
Espero que os guste y la disfrutéis. Y ahora un ofrecimiento especial. Si queréis jugarla pero os falta un Narrador y vivís por Madrid, me ofrezco a dirigirla en nuestra casa (zona Plaza de Manuel Becerra) con dos condiciones:
- Dirigiré la versión “una sesión” pero tenéis que quedaros el tiempo que dure, calculad 5 horas de juego.
- En el grupo de jugadores (máximo 5) tiene que haber al menos una chica.
El resto lo ponemos Angela y yo, las bebidas, los snacks, la comida/cena, como unos auténticos anfitriones. Lo único que tenéis que hacer es enviarnos una foto de algunos de vosotros con la Caja Verde y empezamos a pensar la fecha que nos venga bien a todos.
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