La segunda jornada berciana ha tenido como foco la zona de Las Médulas. Las Médulas es una mina de oro a cielo abierto que data de la época romana.
Sin demasiada prisa nos fuimos por la mañana con la intención de hacer alguna rutilla corta, comer y hacer otra rutilla por la tarde, todo cómodo y sin mucha complicación. Al llegar decidimos ir directamente al Centro de Visitantes en lugar del Aula Árqueológica que se encuentra justo a la entrada del pueblo. Allí nos enteramos de las mejores opciones para mañana y tarde. Sin mucho más preámbulo nos pusimos a andar por un camino bastante cómodo y de escasa pendiente con el objetivo de ir a La Cuevona y La Encantada, dos cuevas creadas como consecuencia de la actividad minera, no se generaron por la explotación minera romana, sino que son fruto de derrumbamientos posteriores a consecuencia de la susodicha actividad en siglos anteriores.
La Cuevona (del dragón, claramente)
La Encantada, mirando hacia arriba
Toda la región es un testimonio de la fantástica e impresionante ingeniería romana, que ha dejado como legado en esta zona unas formaciones espectaculares rodeados de un bosque de castaños centenarios.
Tras las dos cuevas decidimos continuar nuestro camino hacia el Mirador de Orellán. Nos habían avisado de que desde el desvío del camino a las cuevas había una distancia de un kilómetro con un desnivel del 20%. En ese momento no le dimos muchas vueltas pero una vez metidos en el camino ese desnivel se hizo notar despiadadamente. Mañana tendremos agujetas fijo...
Tras nosotros, las Médulas. Todo eso antes era más o menos macizo...
El mirador proporciona una vista espectacular de toda la zona y la verdad es que una vez arriba se le olvida a una el kilómetro del infierno, al menos un poco. Decidimos comer allí arriba a la sombrita de un monumento a un montañero de la zona y luego, en lugar de deshacer el camino, como era nuestra idea inicial, seguimos adelante para ir al pueblo de Orellán a ver si podíamos tomarnos un cafecito con hielo que nos supo a gloria.
En el tramo final de la Ruta Perimetral, no solo había castaños. A lo lejos de ve el Pico Gallegos
Ya nos habían avisado que el camino que se conoce como Ruta Perimetral era un poco duro en las horas centrales del día porque no hay una mala sombra, pero viendo que nos quedaban 2.5 km de ruta desde Orellán hasta Las Médulas, decidimos animarnos y cerrar así la ruta en lugar de dar la vuelta. La verdad es que este tramo es un poco caca, fundamentalmente porque el último kilómetro es por la carretera :(
En cualquier caso, como premio de consolación nos encontramos con este castaño con tanta personalidad.
El fotógrafo y el castaño
El castaño en sí
Siguiendo por este camino volvimos a encontrarnos con el Aula Arqueológica y nos metimos a echar un vistazo. Es un sitio pequeño que tampoco aporta mucho si has leído un poco de la zona pero puede ser útil ya que explica un poco la forma en la que se formaron Las Médulas y la huella romana. Siguiendo el consejo del hombre que vendía las entradas, pensamos que lo mejor era hacer unas pequeñas incursiones en otros enclaves de interés por la zona:
- La Domus de Pedreiras, que es una casa romana que se encuentra al aire libre a un lado de la carretera que lleva al pueblo de Lago de Carucedo.
La Domus. Se ve en segundo plano un patio con un estanque de agua octogonal. Era una casa bastante espléndida.
- El Castro de Borrenes que construyeron los pobladores prerromanos y que nunca llegaron a habitar porque los romanos llegaron cuando estaban terminando y se los llevaron, seguramente con mucha amabilidad, a trabajar a las minas.
Parte de la muralla del castro, muy bien conservada. Se aprecia la pendiente pronunciada de la loma
- El Castillo de Cornatel, que aunque estaba cerrado (cierra martes y miércoles) nos venía muy recomendado por un comentario del post anterior y el hombre del Aula Arqueológica. Seguramente merece mucho la pena verlo abierto pero tanto el entorno, como las vistas son una maravilla y el castillo en sí mismo, aunque sea sólo por el exterior, es digno de verse. Como extra, a unos metros está el Banco Más Bonito de El Bierzo (TM) en el que nos sentamos a beber agua y tomar una barrita de muesli, por aquello de usar el banco :P
Have fun storming the castle!
Total que la visita de hoy ha salido bien y nos hemos quedado cansados pero contentos. Mañana no tenemos aún el plan hecho, tenemos algunas opciones como volver a la zona del Valle del Silencio a ver lo que no quedamos sin ver ayer, ir a ver las Pallozas de los Ancares o ir a alguna bodega a ver si probamos el vino de la zona y suena la flauta (porque es bien sabido que a mí el vino no me gusta porque generalmente me sabe a chupar tablas). Seguiremos informando.
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