Segunda y tercera semanas del curso: Gender Through Comics


La segunda semana del curso se ha centrado en Gender and Culture (Género y Cultura). La discusión se ha ocupado de analizar cómo aprendemos nuestro género y cómo los cómics reflejan nuestra cultura y los cambios que se han producido en ella a lo largo de los años.

Para empezar a tratar este tema hemos empezado por analizar cómo crecemos y cómo somos educados. Desde el momento en que nacemos tenemos asignado un sexo, pero podríamos decir que somos una hoja en blanco, sin nada preconcebido ni aprendido. Sin embargo, desde ese mismo momento se empieza a marcar una diferencia. Niños y niñas no son tratados igual y empezando por modas que determinan el color de la ropa que un bebé debe llevar, hasta la forma de hablarle o de jugar con él van marcando poco a poco el desarrollo del niño, de lo que se espera de él y de los comportamientos que se esperan en función de su sexo y, por tanto, de las características propias del género que se le asigna.

En torno a esta cuestión, hay diferentes teorías psicológicas con mayor o menor grado de credibilidad como el psicoanálisis, teorías de aprendizaje social o de desarrollo cognitivo. Siento no poder dar una información mejor sobre ellas pero no soy psicóloga y lo poco que hemos visto no me da confianza suficiente para meterme a fondo con ese tema. Las cuestiones que aparecen relacionadas con ellas y con este debate son algunas de las que, al menos yo, me he hecho en más de una ocasión: ¿Se comportan niños y niñas de forma diferente porque aprenden a hacerlo, porque se espera que lo hagan, porque no se les trata exactamente igual? Como nos preguntábamos en el primer módulo, ¿cuánto hay de biología y cuánto de aprendizaje?

Desde el punto de vista cultural, ya se nos adelantó en la primera semana que la concepción occidental no es universal y que hay muchas culturas que tienen una definición del género más amplia y variada que la nuestra. Especialmente interesante es este mapa en el que se puede ver una selección de culturas que organizan y consideran el género desde otras perspectivas, a veces muy sorprendentes. Os recomiendo que le echéis un vistazo al mapa y al tráiler de un programa de la televisión pública norteamericana sobre un chico que fue asesinado por tener “dos espíritus”, es muy revelador.

Por último, se presenta la cuestión de si el género es algo que “actuamos” algo que utilizamos para movernos en un contexto social en función de lo que los otros esperan de nosotros y de las situaciones que se nos presentan y, así, cada uno debe elegir en cada situación como actuar su género. No creo que me haya explicado muy bien, pero yo misma estoy aún intentando asimilar esta idea y no logro explicármela mucho mejor.

Durante esta semana, las lecturas de “deberes” fueron el primer cómic en el que apareció Superman, Action Comics #1 (1938), también Action Comics #267 (1960) y Superman: Birthright de 2003-2004. Leyendo estas historias se puede apreciar cómo cambia la representación de Lois Lane y del propio Superman o Clark Kent y la representación que hacen de lo que se supone características femeninas o masculinas. Así, parece que por ejemplo, Superman representa las características masculinas de fuerza o poder tradicionales, Clark Kent, al adoptar una actitud en la que evita las confrontaciones e intentando pasar desapercibido, niega esas mismas características.

La tercera semana del curso se ha centrado en la producción del cómic y cómo las personas involucradas en ella ejercen su influencia en lo que leemos y en los estereotipos o temas que aparecen. Un tema que nos da muchos quebraderos de cabeza a las aficionadas cuando tenemos que pelear por que la representación de la mujer sea menos sexualizada.

Tanto la producción cultural como mediática ha sido prácticamente dominada por hombres desde su inicio, siendo incluso ahora no muy común encontrar mujeres en ninguno de los niveles de la producción, ya sea desde el punto de vista artístico, editorial o de dirección. Está claro que cada persona trae a su trabajo sus experiencias, puntos de vista y un bagaje que afecta al producto de ese trabajo. Es por eso que equipos variados de profesionales pueden desarrollar productos que atraigan a un mayor número de consumidores y eviten caer en un nicho demográfico.

Imagen de superdickery.comComo caso de análisis en lo que puede influir una sóla persona en la producción, se presentaron dos, el del Dr. Fredric Wertham y el de Mort Weisinger, editor de Superman durante treinta años. Wertham profesaba un auténtico odio hacia el cómic que plasmó en un libro, The Seduction of the Innocent en el que argumentaba con ejemplos falaces y análisis ahora demostrados sin fundamento experimental, que los cómics alentaban la homosexualidad y, en general, la perversión moral de los jóvenes. El resultado de esto y de su declaración frente al Congreso de los Estados Unidos provocó un declive en la industria y la creación de un código que censuró la producción durante décadas. El caso del Mort Weisinger es especialmente interesante desde el punto de vista del personaje de Lois Lane. Si en su inicio, y dentro de lo que se podía considerar avanzado en los 30, Lois Lane era un personaje decididamente avanzado presentando a una mujer profesional, de ideas claras, dispuesta a luchar por su trabajo y enfrentarse a un mundo laboral hostil con poca confianza en las cualidades de una mujer, pasó a convertirse en un personaje con el que se intentaba mostrar cuál era el lugar de una mujer, en casa, no muy inteligente y gustosa de someterse a los caprichos del varón, en este caso Superman. Weisinger controló la producción hasta el punto de que no es realmente muy importante quién era el guionista de la historia ya que todas reflejaban sus ideas personales sobre la mujer. En los cómics de la época se puede ver a Superman, regañando, castigando y humillando a Lois una y otra vez, por su propio bien, WTF! Algo que contradice completamente la visión que las generaciones más jóvenes de lectores tenemos de él como un ser profundamente respetuoso y amable, y que además suele ser el icono de lo mejor que la humanidad puede dar.

Dentro del debate de la producción del cómic y la cultura un elemento también destacable es el del “grupo”, los consumidores. Se suele coindicir en que los medios tienen el poder de adoctrinar a las masas y, aunque esto es cierto, los receptores del mensaje no siempre lo reciben tal y cómo estaba pensado o, incluso recibiéndolo así, pueden rechazarlo completamente. La audiencia interpreta el mensaje que recibe pero dado que un mensaje puede tener diferentes significados puede ser recibido de formas opuestas, en un caso reciente se puede leer el análisis completamente opuesto del papel de Black Widow en la película Avengers en función del sexo del crítico, francamente esclarecedor. Por ejemplo, durante la época de los 70 Wonder Woman perdió sus poderes, aún así permaneció como una mujer capaz de defenderse por sí misma con éxito profesional y con gran talento para las artes marciales. Este cambio recibió reacciones opuestas, desde las mujeres que lo veían como un movimiento anti-feminista al ser otra forma más de quitar el poder a las mujeres por haberla convertido en una mujer “normal”, hasta las personas que lo veían como una demostración de justo lo contrario. En el debate actual sobre la representacón de la mujer en el cómic (practicamente desnuda y ultra-sexualizada), se debate desde la industria que su audiencia (¿adolescentes sexualmente frustrados o qué?) aprecia a las mujeres y es por ello que las representan así, sin querer ofender… Éste es el mensaje que ellos dicen querer transmitir, sin embargo, un vistazo rápido a publicaciones y blogs del sector da una idea muy clara de que su audiencia es más variada y que muchos lectores no están recibiendo ese mensaje sino el de que la mujer no se está tratando con el respeto debido en sus publicaciones.

Las entrevistas de esta semana han sido especialmente interesantes para mí. Con la idea de conocer las opiniones de personas relacionadas con la producción desde diferentes ángulos, se entrevistó a la fantástica Kelly Sue DeConnick, autora de un buen número de comics como Captain Marvel (lectura obligada de la semana y que yo llevo siguiendo desde el primer número), Avengers Assemble o Ghost; la editora de Marvel Sana Amarat (Captain Marvel o Hawkeye) o el también editor Steven Wacker (Hawkeye, Guardians of the Galaxy o Spiderman).

Sus experiencias dentro de la industria y sus opiniones sobre el trato de los personajes y de la mujer en la industria son francamente interesantes.

Hasta aquí llegaron estas dos semanas. La actual y la siguiente explorarán los conceptos de feminidad y masculinidad.