Pride and Prejudice, Jane Austen
Hace ya bastante leí una versión reducida para estudiantes de inglés, no tengo un recuerdo muy claro de ella, pero no le hace justicia de ninguna manera.
La historia, aunque tan bien conocida, es absorbente y me he encontrado en más de una ocasión deseando saber cómo se iba a desarrollar la siguiente conversación entre los protagonistas. Supongo que casi todos podemos encontrar reflejos de nuestras propias experiencias en las novelas de Jane Austen y eso las hace tremendamente impresionantes y es que, a pesar del tiempo, a pesar de la época, en el fondo hombres y mujeres no hemos cambiado en lo fundamental.
Hace poco leí que una de las hermanas Brönte, no recuerdo cual, acusaba a Jane Austen de no poner en sus libros la suficiente pasión. Evidentemente sus personajes son bastante contenidos y su comportamiento se define por el saber estar propios de su época y su situación. No encuentro en esto ninguna falta, y pienso que hay cabida para todo tipo de personajes. Claramente los personajes de las Brönte se dejan dominar por sus pasiones, al menos en Jane Eyre y Cumbres Borrascosas es así, reflejando la forma de ser de algunas personas. Creo que Jane Austen refleja la forma de ser de otras. Sin más. En esta ‘disputa’, no soy, sin embargo, una observadora imparcial. Jane Eyre me gustó bastante, pero he de reconocer que no pude con Cumbres Borrascosas, simplemente me aburría, me exasperaba con sus protagonistas, vanos y caprichosos, y antes de la mitad no me importaba absolutamente nada saber qué les iba a ocurrir. No lo terminé.
Pride and Prejudice es una obra deliciosa, divertida y armoniosa. Con una variedad enorme de personajes reflejados magníficamente. Sin lugar a dudas volveré a leerla, muchas veces. Estoy deseando ir a San Francisco para buscar una edición de lujo para reemplazar mi práctica, pero endeble edición de bolsillo.