Mass Effect, DLC La Ciudadela
Un año después de que saliera Mass Effect 3, Bioware lanzó el que parece será el último DLC para el juego, La Ciudadela. Como un fantástico punto final a la saga, es una carta de amor a los personajes y una posible vía de reconciliación con los fans más enfadados con el final, más sobre esto más adelante.
El DLC abre con un mensaje del Almirante Anderson dándonos la orden de tomarnos un permiso y regalándonos su apartamento en la Ciudadela. El DLC contiene una nueva misión de combate, nuevos mini-juegos en una sección de la Ciudadela con Casinos y salas de recreativas y añade un montón de nuevas mini-misiones en las que compartir tiempo de ocio con tus compañeros, amigos y Love Interest (LI).
La misión de combate añade nueva información sobre el universo Mass Effect y es condenadamente divertida. Desde el momento en el que una oficial de la Alianza aparece para avisar a Shepard de que alguien intenta matarla y Joker responde con un “Yeah… I think she’s aware of that”, toda la misión es un guiño a todos los grandes momentos de la trilogía. Por ejemplo, los comentarios durante los combates son tan buenos que una se siente tentada de dejar de disparar para poder oírlos, las referencias a los one-liners de Shepard, las charlas en los ascensores, etc. todo parece pensado con un cariño especial por estos juegos y estos personajes. La misión en sí es divertida y tiene algunas sorpresas interesantes. La única pega… otra vez… ¿por qué, por qué tengo que llevar ese maldito vestido? ¡Es horrible! ¡No me pega! ¡Nadie se viste así! En fin… menos mal que en mi fiesta puedo llevar lo que quiera.
El capítulo final del DLC tiene como objetivo que Shepard prepare una fiesta para la que se puede elegir la temática y los invitados. Durante la fiesta, la idea es que Shepard se pasee entre los grupos que se formen e interaccione con ellos. Fruto de estas interacciones y del tipo de fiesta que se elija se producirán unos resultados u otros, así que es conveniente grabar antes (alguien no lo hace?) si se quieren explorar varias posibilidades. Además existe la opción de que una Shepard sin LI pueda ligar con James Vega (ugh!) o con Javik (!) (no sé qué opción hay para mShep, sorry).
Una cuestión importante es cuándo es conveniente, en el marco de la historia, jugar este DLC. En mi caso, lo jugué justo después de la misión en Horizon y antes de la de Cerberus, el punto de no retorno, porque es el punto del juego en el que yo estaba cuando salió. A mi modo de ver, las misiones de quedar con tus amigos o la misión de combate nueva se pueden jugar en cualquier punto porque ciertamente jugarla antes del punto de no retorno, justo después de los eventos de Thessia y Horizon, es un poco desconcertante por el humor en el que se supone que están el jugador y los personajes tras esas misiones. El problema realmente es la fiesta. Para poder tener disponibles a la mayor cantidad posible de amigos a los que invitar hay que jugarla justo antes de atacar Cerberus, lo cual tiene sentido técnico, no te van a hacer cargar una partida guardada de mucho más atrás. Pero el objetivo de este DLC no es realmente que encaje con la “moral de la tropa” en ese momento, sino, como ya he dicho, en dar una despedida de lujo a la trilogía y a los personajes, proporcionando a los jugadores parte de la clausura que muchos demandaban hace un año.
A este respecto he leído gran cantidad de comentarios de fans que han decidido que este sea su headcanon, en resumen, que terminan el juego, cargan la partida y hacen la fiesta como verdadero final al juego. Mmm, no veo que esto sea muy viable si no tienes el final de Destrucción con Shepard respirando, pero hablando de headcanon cualquier cosa vale y la escena final del DLC es… una verdadera despedida. Incluso para una persona generalmente tan poco sentimental como yo, me dejó al borde de las lágrimas y, creedme, esto no me había pasado con ningún libro, película o juego hasta Mass Effect 3.
Mi recomendación para cualquier fan es que lo compre, es uno de los mejores DLCs que he jugado en Mass Effect y es un broche de oro para una experiencia de primer nivel.