La Provenza: el no-puente de Aviñón

Llegamos al tan temido final y aún no ha habido tiro con arco. ¡Qué atrocidad! ¡Inconcebible!

Nuestro penúltimo día era el día del tiro con arco pero como eso era después de comer, antes aún había tiempo para una cosilla que se nos había quedado pendiente. Cuando estuvimos en la zona de Luberon viendo el museo dedicado al ocre y el pueblo de Roussillon nos quedamos con ganas de visitar las minas de ocre de Bruoux. Lo intentamos, pero había que reservar previamente así que nos quedamos con las ganas. Finalmente vimos que podía ser compatible con el plan del tiro porque las minas estaban a 15 minutos del campo de tiro, así que reservamos para esa mañana y allí que nos plantamos a eso de las 11. No vayáis a pensar que nos levantamos tarde, noooo. Teníamos hora y media de coche y queríamos desayunar la tarta de almendras que compramos en la biscuiterie del día anterior. Por cierto que las cervezas que mencionamos en el post anterior las dejamos a medias porque estaban reguleras tirando a mal. En fin, que nos levantamos pronto.

La visita es exclusivamente guiada y en francés pero, para nuestra sorpresa, si no entiendes francés tiene unas tablets para que puedas ir siguiendo la explicación.


Entradas a los 40km de minas


Había que esperar un ratillo y Angela hizo esta foto tomando un café al solecito

La tablet tiene una presentación numerada para que puedas leer lo que corresponde a lo que la guia va relatando. Claramente hay detalles que la persona contará que no están en la información escrita pero está bastante bien y cuenta todo lo importante.


La inspectora Angela Rivera Campos acaba de descubrir un error en el material usado para el refuerzo de las bombas de extracción. Han usdo ferralla para losas y forjados en lugar depara el armado de pilares y vigas. ¡A alguien se le ve a caer el pelo!

Nuestra guia hablaba algo de español, así que de vez en cuando me decía alguna cosa adicional o me señalaba algo curioso que sabía que no estaba. Todo un detalle porque yo era la única persona del grupo de unos 15 que no entendía francés.

La visita estuvo genial, las minas son impresionantes de ver y más aún sabiendo que han sido excavadas manualmente. Toda la mina está formada por galerías abovedadas dignas de una catedral y todas ellas han sido excavadas a mano, ¡los 40 km de minas! Por supuesto que no recorrimos los 40, la visita de una hora cubre 1 km aproximadamente. En ella, además de explicar cómo se desarrolló la mina, da una visión de la vida de los mineros, los usos del ocre o la influencia de la misma en la economía de la región.


Foto del momento de entrada. Dentro estaban prohibidas y fuimos obedientes.

Una de las cosas que más me llamó la atención es que la mina es bastante húmeda (80% de humedad), el agua se filtra de la lluvia y además hay un acuífero. Esta particularidad hace que en su momento hubieran que drenarla porque la mina estaba inundada casi totalmente después del parón que supuso la Primera Guerra Mundial. Actualmente el agua se puede ver en algunas de las galerías y es rarísimo porque como no hay nada de viento o insectos o animalillos la superficie está completamente plana y sin perturbaciones. En uno de los tramos por los que pasamos en los que había más agua la guia nos dio unas chinas para que las tirásemos y luego pudiéramos ver las ondas reflejadas en el techo iluminado por su linterna y parecía una de esas ilusiones ópticas en las que círculos concéntricos giran y se mezclan formando patrones hipnóticos.

Nos contaron que hace años Cousteau se sumergió en uno de los pozos y no consiguió encontrar el fonda tras algunos cientos de metros de descenso.

Esta visita ha sido uno de los claros "destacados" del viaje.

[Comentario de Pablo] Yo destacaría también que las explicaciones tenían un buen equilibrio de relato, datos técnicos y ritmo. En algunos viajes recientes hemos ido notando un leve (o no tan leve) giro a la anécdota tras anécdota en busca de unas risas (y propinas) en el público. Nuestra evidencia anecdótica nos indica que esto sucede allí donde hay más probabilidad de turista norteamericano (y sí, incluimos a Canadá ahí).

Tras una parada técnica para comer una quiché y unos ravioli deliciosos en el pueblecito cercano de Bonnieux, nos fuimos al campo de tiro de Los Arqueros de Luberon. Como siempre, Pablo contará con más detalle los particulares de esta visita arquera, pero adelanto que pasamos una tarde muy agradable con nuestros anfitriones Rosaline y Ricardo en un campo muy bonito. Nos llevamos además la sorpresa de que Ricardo era español y aunque llevaba desde los 9 años en Francia lo había podido mantener, así que pudimos disfrutar los dos y pasar una tarde entre el francés y el castellano la mar de a gusto.


Foto de los cuatro. Pablo, Angela, Rosaline y Ricardo

[Comentario de Pablo] Lo de Ricardo fue toda una suerte pero también porque era un poco como el alma mater del club. Tenía 71 años y llevaba 20 vinculado al club. Espero poder escribir muy pronto la crónica de esa visita en donde, como suele ser habitual en estos encuentros, las flechas en sí era lo de menos (aunque se nos dio relativamente bien.

Después de unas buenas flechas y una cervecita a la que nos invitaron en el campo, pusimos rumbo a Aviñón para devolver el coche y empezar a despedirnos de Provenza.

[Comentario de Pablo] Reconozco que se nos pasó ofrecer una contribución (monetaria) al club y hubiéramos tenido mil excusas pero es que la hospitalidad era tan genuina que nuestros cerebros borraron toda intención al respecto. A cambio, fui rápido en enviar algunas de las mejores fotos de la tarde y sé que las apreciarán bastante porque hubo algunas muy logradas.


Ricardo dentro del container que hace de oficina-taller en búsqueda de 4 cervezas Grimbergen blonde

Para estas dos últimas noches Pablo encontró un hotelito en el pueblo que está al otro lado del río Villeneuve-lez-Avignon y como broche final no está mal, está en un edificio del siglo XVI y para subir a nuestra habitación usamos una escalera que mola muchísimo y es muy evocadora. Todo el hotel es muy evocador.


Palacio de los Papas de Avignon

Aviñón es una ciudad medieval conocida por la canción del puente y porque aquí se establecieron los papas en el siglo XIV. Nuestra primera parada del día era, pues, el Palacio Papal. Según hemos aprendido, [Modo historia ON] antes de establecerse aquí, la corte papal era itinerante y pasaba poco tiempo en Roma, así que parece que por un tema de un papa de origen francés y porque no estaba la cosa muy tranquila en Roma, decidió quedarse por aquí. No debió parecerles mal el sitio porque dos papas después, el papa Benedicto XII (1334-42) decidió empezar a construir el palacio y luego, ya se sabe, cada papa siguiente quiere hacerlo más grande y más estupendo y una cosas lleva a la otra y al final tienes uno de los edificios góticos más importante de Europa.


Torre en el Palacio de los Papas de Avignon

En 1377 los papas regresaron a Roma y entonces se produjo un cisma y no me preguntéis por qué, no lo ponía en ningún sitio y bueno también que no me acuerdo a pesar de años de religión y colegio de monjas. Podría mirarlo en la Wikipedia pero eso os lo dejo de deberes y yo voy a pensar que a unos les parecía que aquí hace mucho frío y viento y a otros nos les gusta el calor de Roma.

Otra cosa muy interesante que hemos aprendido es que hasta la Revolución esta zona no era Francia porque no pertenecía a la corona francesa, era independiente y pertenecía al papado. Me he quedao picueta.

En cualquier caso, la visita ha estado fenomemal, nos ha encantado el Palacio y la visita en sí está muy bien organizada. Antes de entrar te dan una tablet en la que está la guia de la visita en varios idiomas y luego puedes ir escaneando códigos que te abren más explicaciones y tiene una especie de foto panorámica/video de cada habitación que al ir girando en la habitación te va poniedo en la pantalla qué aspecto tenía en el siglo XIV. A mí me ha gustado mucho porque es mucho más útil que ver una imagen estática y ayuda más a imaginar qué había en esas habitaciones que ahora están tan vacías. Para animarte a mirarlo todo está un poco gamificada con una búsqueda del tesoro muy sencilla.


Jardines del Palacio de los Papas de Avignon

Nosotros hemos comprado un billete que nos permitía acceder al jardín (¡cómo no!) y al famoso puente. Así que durante la visita al palacio hemos podido entrar en el jardín que contaba con muchas plantas aromáticas y típicas mediterráneas.

Una cosa que hemos visto en muchos de los monumentos que hemos visitado es que suelen tener exposiciones de artistas contemporáneos repartidas por el interior. En este caso nos hemos encontrado con la obra de la artista francesa Miss.Tic cuyo estilo marcadamente feminista se caracterizaba por ser street art. A mí me ha gustado lo que he visto de ella y, como comentario general, creo que esta idea de usar espacios históricos para darles un uso actual más allá del turismo es una buena idea.

[Comentario de Pablo] Al parecer, la restauración-reconstrucción del Palacio de los Papas por parte de los arquitectos Nodet (padre e hijo) fue pionera en Francia por ser "científica" y se les suele citar diciendo "la restauración termina cuando empieza la hipótesis". Las reproducciones de sus croquis artísticos (una primicia) me dejaron embelesado. Ciencia artística o arte científico, no sé cómo describirlo. Hasta donde he podido investigar (y estuvo un buen rato dando la brasa con esto) no existe una publicación facsímil de sus diseños, que son al menos 12.


Uno de los croquis de la exposición "Le palais retrouvé"

Después de comer y de comprar calcetines calentitos en una tienda que nos hemos encontrado, nos hemos dado un paseo por Aviñón muy agradable antes de ir al famoso puente.


Foto de una plaza. En B/N para hacerla un poco más atemporal

Empecemos diciendo que quiero que me devuelvan parte de la entrada, el puente no está entero, ¡le falta un trozo! ¿Es un puente un puente si no llega al otro lado? No hay puente... en el extremo una se asoma al abismo y ¿el abismo le devuelve la mirada? No sabría decir, el agua estaba bastante turbia... El caso es que el "puente" tiene su historia de pataletas entre el rey de Francia y los de Aviñón, que recordemos no eran vasallos suyos, y hay hasta un milagro y santo de por medio. Como historieta no ha estado mal pero la audioguía era una castaña, así que hemos medio leído los letreros, hemos hecho las fotos y nos hemos ido.

Para terminar el turisteo hemos vuelto a Villeneuve-lez-Avignon para ver una fortaleza y un monasterio. El caso es que nos hemos liado con los horarios del folleto que teníamos y los que luego eran y además al llegar nos hemos confundido de puerta y en lugar de la fortaleza nos hemos metido en la abadía adyacente. FAIL


Esto es lo que queríamos visitar pero no hemos metido en una abadía

A ver, la abadía no estaba mal pero eran todo ruinas y lo realmente visitable era un jardín. El jardín estaba muy bien y era muy bonico pero nosotros queríamos ver el fuerte.


Un detalle de una puerta dentro los jardines de la abadía


Jardín italiano en los Jardines de la Abadía

Como ya no había tiempo de entrar al fuerte, hemos ido al monasterio, que sí queríamos ver y nos hemos dado un paseo muy majo por su interior, sus tres claustros y sus jardincillos. Actualmente el monasterio es también sede de no sé qué academia de artes y hay artistas y cosas artísticas por todas partes.

Casi pisamos una obra de arte o igual era una toalla amarillenta, aún no tenemos muy claro lo que era. Désoléééé que estoy.


¿Obra de arte o detritus? De verdad que por poco no la pisamos

[Comentario de Pablo] El monasterio es de los más grandes de Europa (y creo que el más grande Francia) y está bien restaurado. Destacaría la capilla de los frescos de Matteo Giovanetti del que ya habíamos visto alguna cosa en el Palacio Papal. La gente que hemos visto, que llegaba quizá para la exposición de moñigos, era bastante blanquita y bastante sosa, todo muy endogámico clasicote.


Detalle de la nave principal de la abadía


Verbena en los jardines que se emplean para conciertos y obras de teatro

Villeneuve es un pueblecillo muy majo y muy cuidadito, así que hemos paseado un poco antes de nuestra última cena. El lugar elegido para la despedida ha sido un restaurante vegetariano que tenía muy buena pinta. Es verdad que la comida estaba muy rica y además tenían un gato muy sociable que se me ha subido al regazo y se ha quedado allí dormido un buen rato. A mi madre se le están poniendo los pelos de punta. Lo malo del sitio ha sido la charla de chorradas pseudocientíficas que Pablo no ha podido evitar oír entre la dueña y otra comensal, menos mal que como era en francés me la he ahorrado. Lo que no me he ahorrado ha sido la charla del dueño al despedirnos porque el hombre hablaba un español decente que había estudiado en la escuela y que aún intenta mantener cuando visiata a su familia en Marruecos. Aquí hemos tenido la dosis de todo está fatal y qué hacen con nuestros impuestos y esas generalidades chorras que al parecer puedes oír igual en el bar más rancio de España y el restaurante vegetariano más alternativo de Francia. Nosotros, que somos muy educados y ya nos queríamos ir hemos metido una suave cuña de perspectiva racional y nos hemos ido.


Angela disfrutó tanto de lo que estaba encima del plato como de lo que estaba encima de su regazo

[Comentario de Pablo] La clave de esta conversación ha sido cuando el dueño ha dicho "lo mejor en esta época tan compleja es vivir en una burbuja". Ejem, una burbuja en donde haya aeropuertos, colegios, sanidad pública, carreteras, bomberos, agentes forestales pero en donde yo pueda vivir sin que me incordien, sin pagar impuestos ni contribuir. Es un poco como la antítesis del despotismo ilustrado solo que aquí es "todo lo del estado pero sin el estado". Al escribir esto al día siguiente podemos conectar esta charla con la del taxista de 71 años que nos ha llevado a la estación de alta velocidad de Avignon. Y en esta conexión podemos observar que Francia tiene problemas estructurales de redistribución de la riqueza que se tratan como síntomas de lo más diverso. Con esta persona he podido hablar en 15 minutos de Macron y su locura, de la inmigración versus "los artesanos franceses", de la inflación desbocada y la ruina de país, del problema del sionismo y la impunidad de Israel, de la broma que es la TV en Francia, de su jubilación postergada para que le salgan las cuentas antes de irse a vivir a una casita que ha comprado en Nazaret, Portugal, del problema de las privatizaciones y de cómo Orbán "protege su pueblo" en Hungría. Pero también de una cierta envidia por su parte de España con un sistema de lobbies éticos más sólido, la excepción ibérica en los costes de electricidad, de la firmeza con Israel, etc. Se le notaba que al igual que Said ayer, no desesperaba pero soñaba con su pequeña burbuja "y si mis hijos no me vienen a ver a Portugal, pues vale". Me ha pedido disculpas medio riendo diciendo "he aplicado el Código Taxi, que es que le pongo al día de todo lo que pasa en el país" pero independientemente de lo pudiéramos tener en común yo confirmo que en Francia están mucho más al día de lo que pasa en España que a la inversa.


Foto de la parejita ¡hasta el próximo viaje!

Y así termina nuestro periplo por la Provenza, sentados en un saloncito del hotel escribiendo el post y tomando una infusión.