Irlanda: Irlanda del Norte, camino de enanos
Para la última etapa de nuestro viaje por Irlanda dejamos Irlanda del Norte. Un fenómeno interesante que me encontré cuando estaba preparando el viaje es que encontraba poca información o recomendaciones de esta zona y me topaba una y otra vez con comentarios e impresiones de que lo más bonito/interesante/espectacular estaba en el resto de la isla, incluso la guia no parecía darle mucha relevancia más allá de la famosa Giant's Causeway (Calzada del Gigante). En comparación, es una porción muy pequeña de toda la isla pero algo más debe de haber en ella, digo yo. En cualquier caso, como hemos ido ajustando a medida que avanzábamos y habíamos decidido pasar dos días completos en Donegal pues por algún sitio había que recortar e Irlanda del Norte no ha sido la única víctima.
Una foto del jardincito de nuestro último B&B en Irlanda. Pablo desarolló una teoría sobre la pertenencia a la iglesia presbiteriana de la mujer que lo regentaba y la necesidad de tener un jardín nada asalvajado para mostrar la dominancia del "hombre" sobre la naturaleza
Nos despertamos aún en Donegal dispuestos a colarnos en el Reino Unido ilegalmente o algo. Teníamos pensado ir directamente a la Calzada con una breve parada en un yacimiento mesolítico en las cercanías, Mountsandel. esta parte del trayecto no fue muy reseñable ya que pasamos por pueblos sin mucho interés y por carreteras menos pintorescas que anteriormente. Al acercanos al yacimiento nos sorprendió que no hubiese un mal cartel, así que decidimos fiarnos del Google Maps y acabamos al final de de un cul-de-sac en medio de un barrio residencial en un pueblo llamado Coleraine. Dejamos el coche en el fondo y apareció un vecino a pedirnos que no aparcáramos allí porque obstaculizábamos el paso de una posible ambulancia que tuviera que ir a atender a algún vecino. Todo en plan bien, al parecer el hombre había tenido bastantes malas experiencias durante la pandemia en un barrio con muchos ancianos y gente aparcando en cualquier sitio. Nos indicó el lugar exacto para ver las "ruinas" y nos metimos por un caminillo que cruzaba un descampado hasta el montecillo. Como nos habia dicho el vecino, en el sitio no hay más que una placa de lo había allí y de lo que encontraron en las excavaciones que se hicieron en los años 70. Ya. La colinilla/montículo venido a más es un gran socavón en el medio. Aparentemente este lugar es el lugar en el que se encuentra la evidencia más antigua de presencia humana en la isla de Irlanda y no hay más que una placa...
La placa
El montículo
También parece que en época normanda se construyó algún tipo de fortificación, pero tampoco hay más que una placa. El montículo está situado en lo que ahora es un parque boscoso por el que los vecinos pueden pasear y en el que los chavales se emborrachan por las noches, charming.
Cuando volvimos al coche el vecino seguía en su jardín haciendo sus cosas y estuvimos un ratillo charlando con él sobre la situación penosa del sitio. La escasa relevancia o la dejadez de las autoridades. Le preguntamos por los objetos que se habían encontrado allí y nos contestó que no tenía ni idea de dónde estaban mientras su ancianita gata carey se restregaba con nuestras piernas y reclamaba carantoñas.
[Comentario de Pablo]
Mi opinión es que el vecino era amable en general pero se volvió especialmente amable cuando le dijimos que habíamos parado para ir a ver MountSande, entonces se deshizo en detalles (algunos erróneos) y compartió su tristeza por tener el lugar tan importante sin lucimiento.
Fue un poco raro cuando nos dijo "es el yacimiento más antiguo de Irlanda, ¡es del neolítico!" y tuve que darle una buena noticia aunque fuera corrigiendo su aseveración. "Más antiguo aún, es el del mesolítico!". Son miles de años de diferencia y precisamente que sea del mesolítico es lo que lo hace tan relevante.
[Fin del comemtario]
Con la advertencia de que la Calzada del Gigante podía estar hasta los topes y que hubiera sido conveniente reservar, nos pusimos en camino otra vez. Mientras yo conducía Pablo iba mirando si podíamos reservar y qué opciones teníamos. Muy airado descubrió que, igual que en los Acantilados de Moher, había que pagar una pasta por aparcar en el parking algo así como unas 13GBP por cabeza (aunque este datos puede estar desactualizado y que sea más). Buscando alternativas encontró un segundo parking más barato a un paseo de 10/15 minutos. Bastante hasta el gorro de pagar por cosas a las que puedes llegar andando acabamos aparcando en este segundo parking y pagando 10GBP en total.
Para ver la Calzada hay dos opciones, verla desde abajo siguiendo el camino azul o verla desde el acantilado siguiendo el camino rojo. Nosotros seguimos el rojo que además tenía vistas. Cuando llegamos al sitio desde el que mejor se podía ver la formación rocosa Pablo se quedó un poco a cuadros porque es enana (pun intended). Yo ya lo había leído con antelación y no me sorprendió que sólo fuera una lengua de piedra que se internaba un poquito en el mar. Incluso desde arriba se pueden apreciar las famosas formaciones hexagonales, no de cerca pero para nosotros suficiente.
Las vistas hacia el este
Las estructuras desde una altura de varias decenas de metros. Se pueden ver las personas para contrastar la escala de las formaciones en forma de colunna
Hubiera estado bien poder seguir el camino que transcurría por el acantilado y disfrutar de las vistas, pero teníamos aún que llegar a Belfast, dejar el coche en el aeropuerto y hacer la colada, así que no pudimos alargar mucho más la visita.
En Belfast, una vez hechos los deberes, nos dimos un paseíto antes de cenar y nuestras primeras impresiones estuvieron dentro de lo que esperábamos. Mi mejor descripción en ese momento fue que me recordaba por algún motivo a una ciudad de Estados Unidos, aunque no era capaz de explicar de forma más específica esta sensación. Nos mantuvimos más o menos por la zona central en el entorno del ayuntamiento, un edificio del siglo diecinueve rodeado por un jardincillo. El edificio ocupa una manzana entera y toda la acera que lo rodeaba estaba pegajosa hasta el punto de que no sólo podías oír el squeek, squeek de tus zapatos sino el de todos los viandantes a tu alrededor.
Segunda y última colada del viaje
A pesar de esta primera impresión, no queríamos emitir una opinión muy fuerte después de un par de horas. Somos lo suficientemente mayores para recordar algo del complicadísimo pasado de Belfast y, como nos confirmarían al día siguiente, hace 20 años hubiera sido impensable ver tantos turistas por la calle.
El Town Hall es uno de los atractivos mayores de la ciudad pero está lleno de carteles de "prohibido beber en la vía pública
Una foto de un banco dentro del recinto del ayuntamiento. Quizá no se aprecia del todo bien pero está realmente cochambroso
Todas las guías e información sobre Belfast destacan dos atracciones turísticas: el Titanic y los murales políticos. A nosotros el Titanic nos da bastante igual o al menos no nos interesa tanto como para ir a un museo enteramente dedicado a la tragedia, así que queríamos centrarnos en los murales. Contratamos un tour que pensábamos que iba de eso pero nos confundimos y lo que contratamos fue un sobre la historia política de la ciudad, fundamentalmente la del siglo veinte. No era lo que teníamos en mente pero el tour estuvo muy bien. Nuestro guía, James, nos llevó durante dos horas y media por diferentes lugares significativos del centro mientras nos relataba los acontecimientos más relevantes en la historia de la ciudad. Empezó haciendo una introduccíón para ponernos en el contexto de la guerra que se libró en las calles de Belfast y las diferentes facciones, hubo un poco de ensalada de siglas y se disculpó por simplificar alguna nomenclatura y terminología durante el tour.
Esperando a nuestro guía frente a las puertas del ayuntamiento
No vamos a contar todo lo que comentó pero nos enteramos de cosas interesantes como que los protestante provienen de una política de la reina Isabel I y luego el rey Jaime, que para controlar la zona del Ulster, bastante levantisca, decidieron llevar colonos escoceses presbiterianos a la zona. Después de la independencia de Irlanda en 1921 y la división de la isla la cosa se quedó como ahora la conocemos pero con dos facciones fuertemente enfrentadas: los Unionistas/Loyalists/Protestantes y los Separatistas/Republicanos/Católicos, no es tan simple pero bueno. El guía nos llevó por diferentes enclaves de la zona centro de la ciudad, nos habló de la historia, de atentados que habían ocurrido, las medidas que se tomaron y que generalmente llevaron a escaladas de violencia por los dos lados, a los diferentes movimientos civiles que aparecieron a lo largo del tiempo, como por ejemplo para pedir igualdad de derechos para los católicos, demandas de paz o las reacciones a diferentes asesinatos o ataques. La posición de la policía (compuesta al 90% por protestantes), la operación militar y la creación de una zona militarizada en el centro de la ciudad, la decadencia económica y social, etc. En general el tour nos gustó, aprendimos mucho y nos pareción bastante ecuánime, apesar de ello yo encontré un poco de equidistancia en algunas instancias y me chirrió de vez en cuando cuando incidía en personas o hechos que intentaban mantenerse al margen de la política. Quisimos ser generosos y entender que se refería a la política que rodea el conflicto porque ya sabemos que todo es político y que las posiciones supuestamente apolíticas o que no quieren meterse en política en realidad lo único que hacen es reforzar el status quo. Por ejemplo, el hombre habló sobre un personaje de la ciudad de cierta relevancia que se dedicaba a la música, a la música punk nada menos y comentó que él no quería meterse en política, sólo hacer música. Si hay un estilo de música político es el punk, especialmente en sus inicios. Así que ya digo, intentamos ser generosos y pensar que se refería a la política específica del conflicto.
La torre inclinada. El chiste local dice que es el único que da "time and inclination" (la hora y la inclinación del sol)
Terminado el tour nos fuimos a comer y a decidir que hacer por la tarde. Teníamos unas cuantas horas por delante que llenar considerando que no teníamos que estar hasta las 21:00 en el puerto para coger el ferry a Liverpool. Viendo que habíamos perdido toda opción de un tour para ver los murales, nos decidimos por ir al Museo del Ulster para ver una exposición de meteoritos.
Un juego vintage con fuente radiactiva, sensor Geiger y todo
Artefactos del mesolítico, no de MountSandel pero muy muy cerca
El museo está en el Jardín Botánico junto a las universidad Queen's University. Es un edificio moderno con cuatro plantas por las que se distrubuyen varias exposiciones de arte, historia y ciencia. Nos fuimos directamente a la planta de ciencia y nos sorprendió una exposición que iba enlazando la historia de Irlanda desde su formación geológica hasta la historia propiamente dicha desde los primeros pobladores hasta la actualidad. Nos hizo gracia porque parece que en cada sitio al que vamos conseguimos una pieza más del puzzle histórico. Aquí vimos más sobre los primeros pobladores, los del mesolítico, pero no se dice nada de las siguientes olas migratorias, de éso aprendimos en Newgrange, de la cultura posterior vimos más en el museo arqueológico de Dublín. ¡¡Un lío!! Siguiendo el camino nos encontramos con una sección dedicada a la Armada, que parece que tiene mucha relevancia en Irlanda en general, o al menos por donde hemos pasado. Supongo que tiene sentido habiendo ido casi exclusivamente por la costa, LOL.
De los meteoritos... pues tenían literalmente una vitrina con cuatro piedras, una de la Luna, una de Marte y otras dos del Sistema Solar en general. Esa era "La exposición" pero luego tenían algunos más repartidos por otros expositores. Aunque no nos detuvimos mucho nos gustó la parte científica dedicada a los elementos de la tabla periódica y las diferentes aplicaciones que tienen o han tenido ellos mismos o sus derivados, con exposición de rocas incluída.
Éstos son de algún planeta extrasolar desaparecido en la formación del sistema solar
El Museo del Ulster es un museo pequeñito pero bastante majo, así que nos quedamos satisfechos. Supuestamente es bastante recomendable pasear por la nueva zona de la ciudad que está dedicada a toda la parafernalia del Titanic porque hay un paseo marítico bastante majo, pero con el tiempo que teníamos no estaba en nuestras prioridades.
De vuelta al centro nos dedicamos a pasear y buscamos un par de murales artísticos por la zona. Nuestras impresiones con respecto a Belfast del día anterior se refinaron un poco. Por un lado no nos llevamos ninguna sorpresa, Belfast es lo que esperábamos, una ciudad decrépita, que intenta salir adelante, con cierta inversión en infrastructuras pero que deja muchos edificios y zonas desatendidas y te encuentras con descampados y edificios cayéndose o cerrados.
Uno de los murales
Es bastante gris y muy sucia. Vimos lo que hemos visto en otras ciudades del Reino Unido, mucha suciedad, mucha gente en situaciones de desamparo, muchísimo consumo de alcohol, pero todo ello en mayor medida que en otros sitios en los que hemos estado. El guía dijo durante el tour que había grandes problemas de alcoholismo y drogas en la ciudad, mucho en gran medida debido al trauma de la guerra que ha sido heredado por generaciones más jóvenes. Imaginamos que esto es un gran ingrediente en el contexto del problema pero ya en ocasiones previas nos ha parecido (y a Pablo especialmente, que ha pasado mucho tiempo en Londres) que estos países tienen un grave problema de alcoholismo y una cultura de consumo del mismo que es muy peligrosa.
No comment
En vista de la incertidumbre de lo del ferry, decidimos cenar algo sano (una ensaladita) antes de ir al puerto. Lo del ferry ha sido una experiencia interesante bien. Todo estaba muy bien organizado, señalizado y comunicado. Llegamos a la terminal y nos llevaron en bus a la terminal de salida y, desde ésa, en otro bus hasta el mismo ferry. Este segundo bus se mete dentro del ferry y te deja frente a las escaleras de las cubiertas. El ferry parte de un puerto industrial y está lleno de camiones de transporte, grúas, maquinaria, etc. De hecho, el lugar en el que te deja el bus es una cubierta gigante en la que estás rodeada de camiones. Nos quedamos con la boca abierta.
Decenas de camiones haciendo cola, nosotros como niños pequeños mirando todo por primera vez
Otra vista chula del puerto de Belfast
Para hacer el viaje de ocho horas un poco más cómodo habíamos reservado un camarote, estaba en la última cubierta y daba al exterior. El interior de esta zona es un poco como un hotel en pequeñito, con sus pasillos enmoquetados y puertas en los dos lados. El camarote no era muy grande pero estaba muy bien y teníamos baño para nosotros solos, así que genial. Todo estaba limpio y en buen estado, así que nos quedamos gratamente sorprendidos. Las zonas comunes de las cubiertas de pasajeros tienen multitud de mesas para sentarse a tomar algo, un bar, un café, un restaurante (cerrado a esa hora), dos salitas de cine y una tienda. Igualmente nos quedamos muy sorprendidos porque no sabíamos muy bien que esperar. Antes de salir decidimos estar fuera un rato como los turistas de ciudad sin mar que somos y observamos los últimos coletazos de la operación para subir los camiones al ferry. Poco después el ferry se puso en marcha y nos despedimos de Irlanda.
Como os podéis imaginar no hemos descansado mucho, aunque el camarote estaba bien, la vibración del ferry es constante. Es lo que hay, esta noche recuperaremosen una cama que esté quieta y cogeremos fuerzas para estos días en la fiesta de los Tolkiens en Oxford. Los sacrificios que hago por Pablito y lo poco que me lo agradece...