Género y cultura en Imperial Radch, Ann Leckie

Imperial Radch es una trilogía de Ann Leckie compuesta por tres obras: Ancillary Justice, Ancillary Sword y Ancillary Mercy. Aviso, esto no es una reseña, sino un conjunto de reflexiones sobre los libros y algunos de los temas que abordan.

Hace poco terminé de leerla y he estado rumiando desde entonces. Estos libros son de esos que ponen tan nerviosos a los guardianes de la ciencia ficción, tan preocupados con que todo lo que se publique se ajuste a su muy tradicional y estrecha visión de lo que tiene o no tiene cabida en ella. ¡Horror!

La historia se desarrolla en un futuro indeterminado aunque lejano. La humanidad está diseminada por el espacio y casi toda ella pertenece al Imperio Radch. Cualquier sistema fuera del espacio dominado por los Radch no se considera civilizado. Este planteamiento va sembrando los libros de detalles que invitan a la reflexión sobre el imperialismo, la "colonización", la percepción de unas culturas como inferiores a otras y la idea de civilización en sí misma. El Imperio Radch no es representado como el gran imperio malvado que quiere conquistarlo todo e imponer su cultura a las demás. Hay muestras claras de esa imposición, pero no presenta un dilema en blanco y negro. Yo compararía a los Radch con el Imperio Romano.

Uno de los aspectos más interesantes es estos libros es la forma en la que están escritos. El rasgo más fascinante de esta serie desde el inicio es que se obvian completamente el género y el sexo de los personajes. Todo el libro está escrito usando lenguaje en femenino. Para cualquier persona se utiliza she en lugar de he y salvo en dos o tres ocasiones en las que se especifica que la persona es de sexo masculino, en el resto nunca se menciona. Esta decisión es una de las más interesantes con las que me he encontrado nunca. El "por defecto" de este universo es el femenino. Dado que vivimos en una cultura en la que el sexo y género por defecto es el masculino y en la que se considera que lo neutro y normal es lo masculino, la presentación de esta concepción te obliga constantemente a cambiar tu enfoque de las cosas y, en mi caso, a dejar de pensar en los personajes como mujeres u hombres y verlos simplemente como humanos sin sexo o género definido. Esta idea dota de una libertad muy poderosa a los personajes ya que se libran de la imposición social de representar un género que puede o no conformarse con el que se les supone o incluso de representar uno cuando no se identifican con ninguno de ellos, abriendo un espectro más rico y lleno de posibilidades. Esta libertad no sólo es interna al universo, sino que es externa, como lectora perteneciente a una cultura con unos determinados roles de género no puedo meterlos de forma inconsciente en una caja u otra.

Por supuesto esta presentación influye a la hora de establecer relaciones interpersonales. En la mejor tradición de la ciencia ficción estos planteamientos nos obligan a reflexionar sobre nuestra sociedad y todo lo que no funciona en ella.

Una de las consecuencias de cómo está escrito el libro es que la apariencia física de los personajes deja de ser tan importante. Personalmente estoy un poco harta de leer libros en los que todas las mujeres son fabulosamente guapas y sabes hasta el último detalle de su anatomía y de los hombres no tienes una idea muy clara de su apariencia o incluso pueden ser normalitos. No es que Ann Leckie no comente que tal o cual persona es considerada atractiva por otros personajes, pero se limita a un par de características que no delatan su género para el lector.

Otro de los elementos que me han gustado de estos libros es que la cultura que parece predominante no es una cultura occidental tradicional. Hay suficientes elementos diseminados a lo largo de los libros como para tener una imagen religiosa y cultural con asociaciones orientales. Más bien parece una amalgama en una sociedad suficentemente alejada en el tiempo como para que la mezcla cultural (y racial) haya derivado en algo menos occidental de lo que solemos ver en la ciencia ficción tradicional.

Lo fascinante de todos estos elementos es que no se explican, no se hace mención a ellos, es parte de cómo está construído ese universo y la narración se centra en la historia que está contando, es decir, en la cruzada personal de Breq, su protagonista.

Por lo que parece el primero de los libros ha sido traducido al español. Yo los he leído en inglés y dado que el lenguaje y su uso es una parte fundamental de ellos, tiemblo al pensar en ella. Sólo espero que la persona que lo haya traducido sea lo suficientemente buena, aunque lo cierto es que la traducción del título ya me echa un poco para atrás. "Auxiliar" tiene unas connotaciones que creo que desvirtúan en cierta medida el Ancillary del original.

He disfrutado mucho con la lectura de estos tres libros y la recomiendo sin reservas, creo que ofrecen un punto de reflexión muy necesario.

Fuente de las imágenes: http://www.annleckie.com