Historia de una ida y una vuelta, Ayudar Jugando 2012
Cuando salió publicado el nuevo juego de rol The One Ring (Cubicle7, editado en España por Devir) y comprobé que sólo empleaba la licencia de los libros, corrí a comprarlo. Desde entonces han pasado meses y he comprado todo lo que ha salido tanto en papel como en PDF, siempre en inglés. Es uno de los juegos que mejor prosa tienen y el enfoque narrativo junto con una ambientación tolkienana de lujo me han convertido en un fanboy. Sin embargo, tanto era el respeto que tenía sobre el juego y su mecánica que no me atrevía a dirigirlo hasta no haber jugado al menos una partida.
Desafortunadamente, la ausencia de partidas organizadas sobre este juego en Madrid y alrededores habían impedido que ese deseo se “consumara” y ahí iba quedando el juego, en un lugar destacado en nuestras estanterías de juegos de rol acumulando polvo.
Y entonces surgió la oportunidad; las jornadas lúdico-solidarias Ayudar Jugando de Barcelona organizaban una partida de El Anillo Único gracias a Jordi Zamarreño, traductor al español del juego editado por Devir. Angela y yo vimos la oportunidad de disfrutar de un fin de semana rolero en Barcelona y nos pusimos manos a la obra para preinscribirnos en esa partida. ¡Y apareció la sorpresa! Jordi Zamarreño había convencido al mismísimo Francesco Nepitello, autor del juego, a venir a las jornadas y co-dirigir la partida. Con nuestras dos plazas aseguradas, nos sentimos realmente afortunados. Nunca hubiera imaginado que esa primera partida a The One Ring sería en presencia de Nepitello…
Cogimos un ave tempranero para llegar a Barcelona a las 10.40h. Las jornadas se celebraban a escasos 200m de la estación de Sants así que a las 11.00h estábamos delante de las mesas de la organización preguntando por partidas mañaneras (la de The One Ring arrancaba por la tarde) y de entre las diferentes opciones, nos arriesgamos con una partida llamada “El tributo” de ambientación y sistema desconocidos. Fuimos a la mesa de juego y preguntamos sobre la ambientación. La respuesta nos sentó en las sillas sin vacilar; “es un universo estilo Firefly (o también un poco Farscape)”.
Fotografiado preguntando por las partidasEl reparto de personajes fue rápido y Angela llevaba a una médico paranoica y fría y yo a un piloto temerario y seductor. El resto jugaban con un capitán estilo “Aníbal Smith”, un científico apasionado, un ingeniero mazas y un mercenario caótico-neutral ? El director de juego era de la asociación Creacions Enigmatiques, un grupo de masters “de alquiler” que se ofrece siempre a dirigir partidas en jornadas organizadas por otros y que tienen ya bastante con la logística como para ponerse a organizar las propias partidas.
La mecánica de juego era tremendamente simple, tirabas tantos de dados como tus rasgos y habilidades te permitieran en cada momento y se contaban los éxitos contra una dificultad establecida por el DJ. Daba igual que fuera un ataque naval en el espacio o una treta para engañar a un PNJ, el funcionamiento era similar.
La aventura, resumida, fue tal que así. Éramos la tripulación de una nave de guerra remozada y nos ganábamos la vida haciendo encargos al límite de la legalidad. Sí, estilo Serenity. Tras captar una señal de auxilio, viajamos a través de un agujero de gusano y llegamos a una nave de transporte en apuros con un problema ridículo que olía a sabotaje interno. El pasaje lo formaban un grupo de mujeres de edades variadas, todas “muy atractivas”, una especie de dignatario estrafalario y una tripulación variopinta al mando de la cual estaba un capitán mentalmente agotado. Tras destruir de forma espectacular una nave pirata que se había acercado a toda velocidad al mismo punto donde se encontraba la nave averiada, aceptamos llevar anclada la nave y su contenido (muchísimo dinero y todo el pasaje) hasta un lugar donde pudieran seguir con su viaje. Por supuesto, entre tanto, la trama se iba desenredando e íbamos aprendiendo más y más de la verdadera naturaleza del viaje y sus ocupantes hasta que nuestras decisiones conjuntas se iban complicando en la búsqueda de un consenso de mínimos.
Nuestro Director de Juego se dirige a nosotrosAngela parece ver algo ‘complicado’…No terminamos la aventura porque a las 14.30h llegamos a un punto intermedio muy adecuado para dejarla en pausa. Nos lo pasamos muy bien y el feedback posterior que solicitó de forma ordenada el Director de Juego sirvió de perfecto colofón. Personalmente, el propio Director de Juego fue lo mejor de la partida y él nos comentó que de todas las veces que la había dirigido quizá había sido ésta en la que el grupo de jugadores mejor se lo habían hecho pasar a él.
Comimos en un restaurante italiano cerca de las Cotxeres de Sants, lugar donde se celebraban las jornadas, y fuimos al hotel a descansar una media hora para ir más frescos a la partida estrella, la de The One Ring.
A las 17.30h estábamos de vuelta en las jornadas y justo a tiempo para ocupar nuestras plazas en la mesa que habían preparado. Ahí estaban Jordi Zamarreño y Francesco Nepitello conversando sobre la aventura y nos presentamos a los otros tres jugadores. Se habían repartido los personjes al azar y creo que todos ellos procedían de los manuales del juego. El mío era La Novia (Mujer del Bosque) y el de Angela era Lifstan, hijo de Leiknir (Hombre de Bardo). Los otros tres eran un beórnida, un elfo silvano y un enano.
Nepitello y Zamarreño preparando la partidaLa partida la dirigía Jordi Zamarreño en español mientras Francesco Nepitello iba y venía por la mesa resolviendo las dudas y repasando la aventura, mientras sonreía de vez en cuando al escuchar la narración en español de Jordi. Francesco alternaba el inglés y el italiano a partes iguales.
Apenas tuve tiempo de saludar a Silventiniel Dracdargent, socio de la Sociedad Tolkien Española, que había montado unas partidas de La Batalla de los Cinco Ejércitos. Es lo que pasa cuando vas a contrarreloj…
La aventura que jugamos era una no publicada aún debido al escrutinio legal del Tolkien State. El título era “The Wood-Witch and the Wolf-King” y de momento se guardaba en un cajón en las oficinas de Cubicle7. ¿Por qué? Francesco se encogía de hombros y respondía que podía ser por cualquier estúpida razón como utilizar la palabra “book” en lugar de “booklet” para referirse al manual dentro de la aventura (la licencia les impide publicar libros “books” y por eso siempre hablan de “booklets”). El caso es que no lo sabían, ¡alucinante!
Al servicio de Radagast, nos encontrábamos portando un mensaje importante a la ciudad de los Hombres del Bosque (mi pueblo) y una emboscada de unos huargos a pocas millas de llegar a nuestro destino nos habían puesto en alerta, ya que tan al norte no se conocían ataques de esta naturaleza. Como pronto descubrimos al llegar a la ciudad, ésta llevaba días agitada por estos mismos motivos y nos hicieron pasar al consejo de los ancianos para detallar nuestro encuentro y recibir nuevas órdenes que nos conducirían al norte, a alertar y proteger a otros poblados.
En mitad de algún desafortunado suceso…No voy a detallar más para evitar desvelar sorpresas pero la aventura contenía todos los elementos principales del juego: viajes, combates y encuentros. Jordi Zamarreño interpretaba con pasión a los diferentes PNJs ante la divertida mirada de Francesco. A nosotros nos tenía permanentemente ocupados tomando decisiones, haciendo rodar los dados sobre la mesa, gastando puntos de esperanza como si no hubiera un mañana…
Toda la aventura destilaba respeto por la obra de Tolkien pero identifiqué un punto conflictivo relativo a uno de los PNJs más destacados, algo que quizá pudiera haber sido el origen del conflicto con los dueños de la licencia. Nepitello, sin embargo, insistió en que seguramente era algo más tonto que eso y que ya en otros manuales las correcciones que habían sido introducidas sólo obedecían a citar adecuadamente el origen de los textos.
Tuvimos la suerte de cubrir la aventura de principio a fin. Todos los jugadores sabíamos ser ágiles a pesar de cierto aturdimiento con alguna parte de las reglas o las interrupciones provocadas por los saludos y abrazos hacia Jordi y Francesco. Así pues, pudimos disfrutar del épico final y del epílogo clarificador tras tres intensas horas de juego. Fue entonces el momento de pedir algún autógrafo a Francesco Nepitello quien con su simpatía y cercanía nos había acompañado durante toda la tarde.
Dedicatoria de Francesco Nepitello en el LoreMaster’s bookletSobre las 21h el pabellón se iba llenando de “calvas” y estábamos con las despedidas a Jordi y Francesco, cuando el segundo nos pidió participar en un playtesting de un prototipo de juego de cartas de ambientación tolkienana en el que llevaba unos meses trabajando. Ni que decir tiene que aceptamos encantados y nos volvimos a clavar en nuestras sillas. Tras explicarnos las reglas (si bien no firmamos un acuerdo de no divulgación, prefiero no comentar nada) nos pusimos a probar el juego. Dado que era de corte muy narrativo, decidimos seguir con el español como idioma de referencia y he de decir que nos lo pasamos genial. Francesco iba anticipando ya cambios en las reglas que tenía pensadas mientras nos preguntaba si ciertas acciones las preferíamos de una u otra manera. Fuimos comentando la mecánica de juego al tiempo que jugábamos como si el juego lo acabáramos de comprar. La verdad es que cuando terminamos a las 10h, pensé que había sido el mejor colofón posible a la partida de rol anterior.
Por cierto, que Francesco fue muy amable a mi petición de quedarnos con dos de las cartas del prototipo como recuerdo.
Playtesting del prototipo, ya iba quedando poca gente…Tras darnos una rápida vuelta por el pabellón ahora cada vez más silencioso y tranquilo, nos fuimos a dar un paseo por la zona hasta acabar cenando en un sitio coqueto cerca de la Plaza de España. De vuelta en el hotel, nos tomamos algo en la planta del bar mientras revisábamos los formularios de carga de contenidos para el Codex de La Marca que José Valverde nos había enviado esa misma mañana, algo que llevamos queriendo introducir casi desde que salió el Codex en noviembre de 2011 ya que nos descargará de mucho trabajo de edición.
Esta mañana, tras desayunar en el hotel, hemos cogido el AVE de vuelta a Madrid para llegar sobre la una y media a casa y tener toda la tarde del domingo libre. Mientras Angela lee Shadow’s Edge de Brent Weeks, yo termino de escribir esta crónica sobre nuestro corto e intenso viaje a Barcelona y a las jornadas Ayudar Jugando, a las que tendremos muy en cuenta para el año que viene, esté o no Francesco Nepitello. Espero que hayan recaudado una buena cantidad para las acciones solidarias que llevan a cabo con los niños, que es el motivo principal de estos dos días llenos de partidas de rol y juegos de mesa.