Final Fantasy XIII, primeras impresiones
Esto es una crónica tras dos horas de juego, lo que son primeras impresiones. He jugado a varios Final Fantasy y más o menos tengo cogida la mécanica de estos JRPG, es cierto que hay innovaciones de unos a otros y cambios más o menos profundos, pero en esencia hay una sensación familiar en todos ellos que sin duda es uno de los grandes atractivos para los fans de la franquicia. Tras unas leer unas cuantas reseñas del XIII, estoy espectante y a la vez algo temerosa de lo que voy a encontrar.
Las primeras dos horas del juego transcurren saltando de personaje en personaje, de modo que no se controla a uno sólo, sino que se va alternando entre tres protagonistas que, supongo, van a converger en un punto de destino. La mecánica es la siguente: pequeña introducción, serie de batallas hasta el siguiente punto de control y salto al siguiente personaje. He leído que a este juego le faltan las zonas de exploración de tipo ciudad, aquellas en las que vas de un lado a otro hablando con la gente, comprando, descubriendo pequeños detalles de la historia no imprescindibles. Bueno, de momento no he encontrado ninguna y he de reconocer que aunque a veces acabe un poco harta de correr cuidad arriba y abajo para conseguir algo, ahora lo estoy echando un poco de menos. La dinámica escena/batalla/escena/batalla está bien, pero las ciudades tienen su gracia y además sirven para descansar un poco. Veremos lo que pasa más adelante.
El sistema de batallas siempre es algo confuso al principio, así que tampoco voy a decir demasiado sobre él; sin embargo, no quiero dejar de señalar que sólo se pueda manejar a uno de los personajes, los demás hacen lo que creen conveniente. En este sentido se parece un poco al Final Fantasy XII pero la diferencia es que no se pueden programar las acciones y estrategia de los PNJs y no se puede pasar de controlar uno a controlar otro, tal vez más adelante…
Como no podía ser de otro modo, es un juego visualmente espectacular, cuidado al detalle y precioso, en el que la calidad de las escenas de juego se aproxima mucho a las de los videos bonitos (como los llamamos mi hermana y yo).
Espero que la historia esté a la altura, aún no he conseguido acabar el XII porque a pesar de que la trama política del juego es interesante, no he conseguido conectar con ninguno de los personajes, tal vez con Balthier, que desde luego es el más resultón, pero no soporto a Vaan y que sea el protagonista le resta un atractivo brutal al juego que, en mi caso, no consiguen hacerme olvidar todas sus virtudes.