El Bierzo: los Ancares
El día de los Ancares ha sido uno de los días de más coche que hemos tenido. Habíamos planificado una ruta con diversas paradas entre la casa rural en Villar de las Traviesas y un pueblo llamado Piornedo que está en los Ancares pero dentro de la provincia de Lugo y que nos habían recomendado nuestros amigos arqueros como "el sitio" para ver las mejores pallozas de los Ancares. Entre ambos puntos hay unos 60 kms pero se tarda alrededor de una hora y veinte en recorrerlos.
[Nota de Pablo]: la carretera en sí es parte del disfrute así que esa hora y veinte "neta" se disfruta muchísimo.
Empezamos el día pronto para poder ir con tranquilidad. La primera escala fue también una recomendación de nuestros amigos, en las cercanías del Puerto de Lumeras hay un mirador y muy cerca un camino que lleva hasta un repetidor que tiene unas vistas excelentes de los montes y valles de los alrededores. Subimos por el camino escasamente asfaltado y lleno de baches poniendo a prueba a nuestro querido y fiel Twingo y llegamos a una explanada con un par de edificaciones y otras tantas antenas para disfrutar de esas vistas que hacían que el sufrimiento de nuestro cochecillo de ciudad valiera la pena.
Los prismáticos amplían el espectáculo de estas vistas
Panorámica desde el repetidor del Puerto de Lumeras
La siguiente parada del trayecto fue en el mirador del Puerto de Ancares, fácilmente reconocible porque hay muchísimos coches aparcados, y no es de extrañar porque realmente hay una panorámica excelente de los valles y montañas. Para nuestro deleite nos encontramos con que las nubes bajas cubrían los valles como un extraño lago blanquecino de aguas rizadas.
Desde el Puerto de Ancares se extendía una gran promesa
Con la idea de llegar a Piornedo a una buena hora para luego poder ir a comer a otro pueblo cercano, dejamos el resto de las escalas programadas para el camino de vuelta. A pesar del interés que tiene esta zona y de la interesante que es visitar Piornedo, la carretera hasta este pueblo está regulera, en parte porque es una carretera de montaña y en parte, imagino, porque realmente no mueve tanto interés esta zona remota como para que se gaste mucho dinero en arreglarla.
Piornedo es un pueblo pequeño en el que se concentran una buena cantidad de las famosas pallozas, construciones más o menos circulares de piedra y cubiertas por unos impresionantes techos cónicos de paja. Muchas de las que se ven por el pueblo se aprecia que están aún en uso y junto a ellas pueden verse también unos cuantos hórreos. El pueblo en sí merece un paseo y, si se va con esa idea, hay unas cuantas rutas que salen de él y que imagino que deben ser muy agradables. Lo mismo puede decirse de varios de los pueblos y puntos intersantes de los Ancares, es relativamente fácil ver letreros que marcan el inicio de rutas senderistas de diversas duraciones.
Piornedo es un pueblo con múltitud de rincones que podrían provenir de hace dos siglos...
Uno de las "atracciones" estelares de Piornedo es que una de las pallozas se puede visitar y ha sido transformada en una especie de museo de la vida del pueblo. El interior es muy impresionante porque a pesar de que por fuera se vea que la construccuión tiene bastante altura, no es hasta que una está dentro y mira hacia arriba que se hace a la idea de la altura del techo. Los objetos dispuestos en el interior son todos ellos bastante explicativos y todos tienen que ver con los trabajos necesarios para poder vivir allí.
El pasillo central, no se aprecia la grandísima altura. Aquí se hacían todo tipo de trabajos además de dar al horno a la izquierda y a la cocina a la derecha
Hay un señor que responde a cualquier pregunta que tengas y que explica algunas cosas que no son obvias. La distribución del espacio interior es en dos semicírculos dejando un pasillo en medio. A ambos lados se dejan espacios o habitaciones para la cocina, el horno, el ganado, las gallinas, etc. Hay una habitación reservada para los abuelos y los bebés, por encima de los espacios hay un techado que habilita una segunda planta completamente abierta que se usa para almacenar diversas cosas y como lugar de descanso para el resto de la familia, los que pueden subir por la escalerilla sin peligro.
La cocina de la palloza museo, como si se fuera a usar esa misma tarde
La palloza museo no se sabe muy bien cúando se construyó pero se sabe que está en uso desde 1770, aunque para poder datarla tendrían que excavar y no lo han hecho. Algunos detalles interesantes que nos han contado es que las vigas de madera son las originales y que la paja que la cubre se va cambiando poco a poco en secciones pequeñas para evitar que cualquier reparación llevén demasiado tiempo aumentando el riesgo de que llueva y se cuele el agua.
Al fondo a la derecha se encuentra una rueca y tras ella, en otra dependencia, este telar
En el pueblo hay algún sitio para comer pero nos habían recomendado ir a Boutela, a 8 kms, a su único hostal+restaurante a comer. Ciertamente fue una recomendación muy acertada, la comida es casera, sencilla y está rica. Avisamos que las raciones son cumplidas así que es mejor tener cuidado al pedir. En Boutela también se conserva alguna palloza y en un paseíto después de comer vimos las que aún quedan en él.
Para el camino de vuelta nos habíamos dejado las paradas que no habíamos hecho a la ida. La primera de ellas fue en un pueblo llamado Tejedo de Ancares en el que se supone que hay otro tejo digno de verse. Nosotros no lo vimos, pero sí que vimos un buen número de los castaños centenarios que son tan abundantes en esta zona y una pequeña iglesia que, aunque estaba cerrada tenía abierta una escalerilla de caracol más vieja que la tos y que llevaba al tejado y al campanario.
La campana llamada María de 1817
De vuelta a la carretera paramos nuevamente en el Puerto de Ancares para verlo con otra luz y sin las nubes de la ida.
La misma vista de arriba, desde el puerto de Ancares, pero sin las nubes
La última parada, a menos de media hora de Villar de las Traviesas era en un pueblo llamado Sésamo del que sale un camino que lleva a unas pinturas rupestres. El camino, todo en subida pero en general cómodo, recorre los bosques de castaños y pinos y sorprende con rincones muy bonitos, además de proporcionar sombra durante la mayor parte del recorrido de unos 40 ó 45 mins.
Selfie con un castaño de fondo, que no se aprecia del todo bien
Las pinturas se encuentran en las paredes de un cortado y, aunque con cierta dificultad, pueden verse. Son representaciones de color rojizo de figuras antropoformas y algunos animales además de una solariforme (un sol). La pena es que la gente es lo peor, para sorpresa de nadie, y están rayadas y con algunos pintajos de algún infraser.
Reutilizo el gif porque vuelve a venir a cuento...
La pared en donde se encuentran las pinturas impone y no es de extrañar que animara dejar esos grabados
Una de las pinturas rupestres antropomorfas, apenas se apreciaban. Han sufrido mucho y no vamos a mojarlas con agua para que destaquen, es un capricho muy destructivo
En fin, el camino de vuelta no ha tenido más paradas o interrupciones y hemos llegado con tiempo de descansar en unas hamaquitas y leer un rato antes de cenar.
[Nota de Pablo]: la única parada larga en la vuelta fue la curiosidad que nos despertaron unas bayas blancas que no reconocimos junto a unos endrinos. Parece que se trataba de bayas blancas o bayas de la nieve (snowberries) originarias de norteamérica y que aquí puede que se estén empleando para contrarrestar la erosión.
Una endrina tan magnífica como un planeta
Las bayas blancas en casi todas sus fases, salvo la de maduración floral, con hormiga incluida
Para mañana, nuestro último día completo, aún no tenemos muy claro el plan.
Leyendo Arrowstorm con aroma a hierbabuena y unas vistas fabulosas a eso de las 8 de la tarde