El arquero en el rol fantástico-medieval (parte I)

Previa

En la primavera de este año Jorge Coto “Tiberio” nos pidió a Pablo y a mí un artículo que tratara la arquería desde una perspectiva del jugador de rol y el artículo del que hoy traemos la primera parte se publicó en el número 6 de la revista Crítico en la sección “El rincón de los expertos”. Dado que teníamos la posibilidad de publicarlo nosotros al cabo de un tiempo, aquí lo dejamos, una primera parte sobre la historia, los tipos de arcos y flechas y su fabricación y una segunda parte sobre el combate y habilidades con arcos.

Introducción

Nos gustaría ser capaces de resumir en este artículo las claves más importantes que tanto jugadores y directores de juego deberían considerar para tener la oportunidad de representar fielmente la disciplina de la arquería en juegos de temática fantástica medieval en donde el nivel tecnológico que se representa se puede equiparar al existente en nuestra saga realidad hasta los siglos XII-XV.

Creemos que puede ser interesante no tanto como una guía para el aficionado simulacionista que persigue la máxima fidelidad de lo jugado con una realidad plausible sino como una oportunidad para rolear y disfrutar más un apartado de estos juegos que muchas veces queda equiparado a un arma más y a ser tratada como una opción general de “ataque con proyectiles” sin muchos matices.

Por motivos de economía de espacio se han omitido numerosos detalles y justificaciones que harían duplicar o triplicar fácilmente la extensión del texto.

Historia del arco

Arqueros persas – Fuente: Wikipedia

El arco es un arma presente desde hace miles de años. Los primeros indicios de su uso aparecen en la prehistoria entre el Paleolítico Superior y el Mesolítico y se encuentran por todos los continentes excepto en Australia. Los arcos más antiguos que se conservan se encontraron en Dinamarca, están fabricados con madera de olmo y miden alrededor de 1.50 m. Además, por toda Europa hay restos de flechas y puntas hechas de piedra, de metal o incluso afilando la propia madera.

A partir del Neolítico se piensa que el arco cobra gran importancia como un arma de lucha. Ya que además de los restos de puntas de flecha o heridas, hay representaciones que parecen apuntar a un uso bélico del arco.

En el inicio del período histórico el arco sigue cobrando relevancia como arma. Encontramos por ejemplo, que en la Edad del Bronce, una de las momias más famosas, Ötzi, murió por una herida de flecha. En este período también se usa el arco como arma disparada desde carros de guerra en Europa y Asia y los nómadas de Eurasia empiezan a usarlo desde monturas.

El arco como arma de guerra está presente en las grandes civilizaciones que conocemos. Aparece en representaciones artísticas de persas, partos, indios, chinos, etc. En el antiguo Egipto su uso está muy extendido tanto para la caza como la guerra con representaciones de arqueros en los murales de templos y también se encuentran pruebas de su uso en las culturas asiria y babilonia.

En las civilizaciones clásicas, el arco sigue siendo un arma relevante. En Grecia hay dos dioses relacionados con el arco; Apolo y Artemisa. Además hay referencias históricas sobre su presencia en los ejércitos de Alejandro Magno. En época romana el arco dentro del ejército va cobrando más importancia a medida que crecía el Imperio.

Durante la Edad Media el arco es especialmente famoso por haber sido un arma decisiva en las batallas de Crécy o Agincourt en las que los longbows ingleses ocupan una posición estelar y muchos hemos leído las historias sobre la increíble potencia de los arcos que se usaron o el entrenamiento de los arqueros desde la infancia.

Batalla de Agincourt – Fuente: Wikipedia

A partir de la aparición de las armas de fuego el uso del arco va poco a poco desapareciendo como arma de guerra. Obviamente este abandono no es uniforme de modo que en cada región su abandono está determinado por el momento en el que se tiene acceso a esta nueva tecnología bélica o por las restricciones en el uso de armas de fuego, por ejemplo en las Highlands de Escocia tras las rebeliones Jacobitas o entre las tribus norteamericanas.

De modo que salvo excepciones regionales o en poblaciones aisladas el uso del arco se fue perdiendo para la mayor parte de la población. A partir del s. XVIII la arquería se vuelve a poner de moda entre la nobleza de Inglaterra y empiezan a celebrarse eventos de aire “medieval”. Un dato de interés es que durante esta época el tiro con arco era una actividad muy popular entre las mujeres de la alta sociedad.

Tras las guerras Napoleónicas, el tiro con arco se populariza y adquiere el halo romántico y tradicional que tan de moda estaba en Europa en esa época.

Tiro con arco olímpico – Fuente: olympic.orgFinalmente, desde mediados del siglo XIX el arco se ha ido transformando en un arma asociada con el deporte y desde 1900 es una disciplina olímpica. Por todo el mundo el tiro con arco se ha popularizado aún más y se han ido aplicando mejoras tecnológicas en su fabricación y diseño.

Tipos de arcos

Los arcos no son de un solo tipo. Existe variedad en su forma, su construcción y su propósito. Vamos a destacar solo los más relevantes para el caso que nos ocupa.

Algunos tipos de arcos – Fuente: Archery Guides

Atendiendo a su forma, existen arcos rectos (el cuerpo central y las palas del arco siguen un sólo ángulo), recurvos (las palas se recurvan hacia el dorso del arco, alejado de la cuerda) y de serpiente (arcos que siguen la forma sinuosa del tronco del que se extrajeron). La geometría de las palas puede añadir más variedad, pueden ser en forma cilíndrica, en forma de D o planas, y así podríamos seguir con otros parámetros. La construcción, simplificando enormemente, puede ser simple o compuesta. Simple se refiere a que todo el arco se saca de una sola pieza de madera mientras que compuesto describe los arcos que se construyen pegando capas o láminas de maderas u otros materiales hasta conformar un objeto compacto que usa las propiedades mecánicas de todos sus componentes. Finalmente, el propósito tiene un papel fundamental. Hay arcos para cazar al acecho o rececho en un bosque, para lanzar flechas a un ejército a cien metros, para poder disparar desde un caballo al galope, etc. Las combinaciones de todos estos factores son innumerables. Uno no simplemente tiene un arco, tiene un arma que ha sido diseñada para responder a muchos interrogantes o necesidades.

Por ejemplo, entre un arco pequeño (~130 cm), recurvo, de palas planas para cazar aves o pequeños animales en un bosque y un arco de guerra (~200 cm), recto y palas en D para lanzar flechas a 100 metros hay una diferencia tal que intercambiar los arcos entre los arqueros supondría convertir a expertos en inútiles.

Arco daédrico en Skyrim – Fuente: elderscrolls.wikia.com/

En los juegos de rol de temática fantástica-medieval solemos ver una sobresimplificación de todos estos factores (tenemos dos o tres tipos de arcos) mientras que se exageran los atributos ornamentales o visuales en las ilustraciones que acompañan las páginas (múltiples materiales, protuberancias, palas curvadas en ángulos casi imposibles, etc). Siendo el arco un arma que puede dar tanto juego sorprende que sistemáticamente se propaguen conceptos que le hacen un flaco favor.

Fabricación de arcos y flechas

Vamos a detenernos un momento en la fabricación de los arcos y las flechas, que siguen procesos completamente distintos, algo que la mayoría de la gente desconoce.

Fabricación de arcos – Fuente: www.ancestralknowledge.org

El arco simple, fabricado a partir de una pieza de un tronco de madera (nunca de una rama) que tras un secado tiene una humedad relativa de menos del 20%, es el más sencillo de construir. Es una labor de carpintería y requiere herramientas de este oficio como son hachas, cuchillos y diversos soportes y mesas. No vale cualquier madera ya que no todas las maderas resuelven bien los retos mecánicos de la compresión y descompresión del arco. El arco compuesto, aunque se considera contemporáneo, era habitual en algunas culturas asiáticas del medievo que no tenían acceso a la madera pero sí al cuerno de los animales y que preparaban en láminas para luego encolarlas con colágenos naturales. Fabricar un arco simple, por ejemplo, puede llevar a una persona con esa habilidad, entre una jornada o dos de trabajo mientras que uno compuesto puede llevar muchos más días.

Aplicabilidad en el rol

¿Tiene un arquero el conocimiento de fabricarse su propio arco? No necesariamente. Fabricar arcos requiere una técnica depurada y mucha prueba y error. Un arco puede durar años y un arquero, al no tener la necesidad de sustituirlo con frecuencia, no habría desarrollado la técnica para ello. No es descartable pero ser un buen arquero no supone ser un buen fabricante de arcos.

¿Hasta qué punto el origen cultural de un arquero puede afectar al arco al que acostumbra a tirar o la madera de la que está hecha? Enormemente. El arco es una herramienta con un propósito muy claro que debe maximizar el éxito en determinadas circunstancias. La cultura originaria de un personaje podría explicar el tipo de arco. Asimismo, el tipo de material (fundamentalmente madera) puede variar entre localizaciones. Aun teniendo en cuenta que el comercio de madera puede influir en la disponibilidad de estos materiales en lugares alejados de determinada flora, típicamente los arcos se fabrican con materiales accesibles. Maderas como la del tejo, el fresno o el bambú tienen propiedades diferentes que afectan a cómo se tratan para fabricar un arco y qué tipos de arco pueden llegar a realizarse con buenos resultados. El jugador podría hacer un breve estudio de historia o geografía comparada con la cultura de origen de su personaje y añadir algo de trasfondo al arco que porta.

Puntas medievales – Fuente: Wikipedia

Las flechas suponen un trabajo muy diferente y no competen al fabricante de arcos. Se componen de punta, vástago o astil, plumas, culatín e hilo y pegamento donde se requiera. Se emplean muchos materiales y técnicas diferentes para cada componente como para que una sola persona domine todo el proceso. Las puntas de metal requieren conocimientos de herrería, los vástagos de carpintería (también se extraen de troncos, nunca de ramas), las plumas y su corte es otra técnica, etc.

Aplicabilidad en el rol

¿Tiene un arquero el conocimiento de fabricarse sus propias flechas? Probablemente, no. De hecho, es un trabajo mucho más complejo y menos agradecido (después de mucho trabajo sólo tienes una flecha) que el del arco. Por poner un ejemplo de nuestra historia, muchos arqueros ingleses de la Guerra de los Cien Años llegaban a fabricarse sus propios arcos estando en territorio francés pero nunca las flechas, que esperaban con ansiedad siempre en los transportes durante las campañas de guerra. Esto quiere decir que un personaje arquero se proveerá de flechas capturadas a enemigos o adquiridas a un fabricante. Existe una forma de simplificar el proceso que sí podría hacer que un arquero pudiera, en momentos de necesidad, fabricarse sus propias flechas y es eliminar la punta de piedra, hueso o metal y simplemente conificar la punta y endurecerla con fuego. Naturalmente, esta flecha sólo sería efectiva ante objetivos con muy escasa protección y el arquero debería practicar un tiro con una flecha con menor peso en la punta (o compensarlo anudando hilo cerca de la punta). Adicionalmente, no todas las puntas de flecha sirven el mismo propósito. Las de púas o alas (la forma que todos solemos imaginar) penetran muy bien en la carne o en armaduras ligeras y son difíciles de sacar mientras que las de tipo bodkin, muy afiladas en una única punta, buscan concentrar la fuerza en un punto para atravesar armaduras mucho más pesadas. Un arquero típicamente tendrá un surtido de ambas.

Puedes continuar con la segunda y última parte aquí.