Día 7. Tu mayor pifia

DadosMi mayor pifia… no sé. La verdad es que no recuerdo haber sacado nunca una pifia tan terrible que sus consecuencias fueran realmente impactantes. Las típicas de fallar en el ataque o en percepción pero nada más allá de “te hieres y pierdes X puntos de vida”.

Aunque no he tenido pifias catastróficas sí he tenido sesiones catastróficas. Sesiones en las que además de las pifias, no pasas ni una sola de las tiradas. Si ayer hablaba de que en nuestra primera aventura jugando a Aventuras en La Marca del Este, tuvimos dos críticos muy oportunos Galian y yo (Sharra), la primera sesión de aquella aventura fue un auténtico desastre. Sharra, como personaje, no salió muy mal parada si quitas el hecho de que no daba una a derechas y que por lo tanto estaba quedando fatal ante los otros aventureros. Pero yo, como jugadora, estaba al borde de la desesperación.

Y es que hay sesiones tan malas que llegas a un punto que tiras la toalla. Así que en medio de la discusión sobre por qué me había rendido y para demostrar que no era mi percepción la que me estaba jugando una mala pasada, empecé a anotar las tiradas exitosas. Si bien no hubo ninguna pifia horrible, de las dieciocho tiradas de la sesión sólo superé tres, así tres de dieciocho, ¿cómo se come eso? La crónica de aquella sesión puede leerse en esta entrada del blog: La Profanación – Crónica I.

La cosa fue tan triste, teniendo en cuenta que nuestros personajes empezaban en nivel 10 (el DM quería un grupo de aventureros experimentados y no pasar por tooodos los niveles hasta tener un grupo fuerte), que la explicación del DM para que un personaje tan potente tuviera un día tan malo fue una maldición, así que poco después jugamos una aventura en solitario para explicar el origen de la maldición y cómo librarse de ella y así todo tuviera sentido en el universo del juego… Pifia con backstory, ahí es nada.