Corea del sur: Suwon, vamos a ver mi arco y otras emociones
Salimos de Sokcho por la mañana con idea de llegar a nuestro próximo destino, Suwon, con algo de tiempo por la tarde para hacer alguna cosita. Afortunadamente, el conductor de este autobús parecía estar en sus cabales y el viaje transcurrió sin nada reseñable. ¡Bien!
El edificio de Samsung que contiene también el museo parece un poco distópico por fuera y más con un cielo nublado
Llegados a Suwon con tiempo decidimos aprovechar la tarde para visitar el Museo de Innovación de Samsung, Samsung Innovation Museum (SIM) que se encuentra en las mega oficinas que tiene Samsung en Suwon. Siguiendo un montón de flechas y entrando y saliendo por sitios muy raros acabamos en la entrada del museo para descubrir que no se podía entrar sin reserva. Ains, esto no lo decían los que tanto lo recomendaban en tripadvisor.
La aplicación Papago nos ayudó con el muchacho de seguridad
Malamente intentamos preguntarle al confuso empleado de la puerta que qué teníamos que hacer para reservar, creemos que no se enteró de lo que le decíamos, y tras hablar con alguien por su pinganillo nos dejó pasar y nos dijo que habláramos con la empleada siguiente. Al final, en una recepción muy futurista y aséptica nos pasaron al museo y nos dijeron que nos juntáramos con los del tour en inglés que acababa de empezar.
El museo tiene mucho espacio "vacío", un lujo que habla del poderío de Samsung
El museo, que tras el tour y previa petición se puede seguir visitando de forma independiente, está muy bien y va haciendo un repaso por la historia de las telecomunicaciones, aunque también toca otras tecnologías como la televisión o las lavadoras, es decir, productos que vende Samsung. Tiene una serie de expositores en los que explica muchos de los desarrollos tecnológicos que han contribuido al desarrollo actual, como semiconductores, circuitos integrados o transistores.
Una sección sobre la historia de la televisión
Todo tiene un aspecto muy limpio, moderno y algo distópico a lo Mirror's Edge.
Por supuesto no todo es ideal de la muerte en el mundo de la tecnología, en un bonito video explicativo mostrando las diferencias entre el s. XIX y los años 50 del XX, en lo que respecta a las tecnologías aplicadas al hogar, Samsung tiene a bien comentarnos como gracias al desarrollo de las lavadoras, el aspirador y las neveras las mujeres podemos dedicarnos a algo más que la casa porque tenemos más tiempo. Un secreto, no es gracias a eso, ¡¡¡¡es el FEMINISMO!!!! No contentos con eso en un video final tan bonito como distópico (otra vez) podemos respirar tranquilos porque por muy verde que sea todo, muchos chips que puedas usar para cosas y espejos que te digan que estás muy sano, las mujeres seguirán quedándose en casa teniendo bebés y los hombres seguirán saliendo a trabajar.
A pesar de esta diatriba, el museo está muy bien y merece una visita.
Aquí probando los nuevos modelos de móvil de Samsung en la última sala del museo
Una vez que salimos convencidos de que debemos comprar un teléfono Samsung porque son muy guays, nos fuimos de vuelta al hotel para descubrir que no respondía a nuestros (fundamentalmente mis) estándares de limpieza. Tampoco nos vamos a extender mucho, decidimos buscar otro esa misma noche para mudarnos a la mañana siguiente antes de ir a ver mi arco.
No me voy a detener mucho con la visita a Freddy Archery en un pueblo cerca de Suwon para ver mi arco ya que Pablo ha escrito un extenso post al respecto en su blog. Valga decir que fue fenomenal y que el arco es mucho más bonito de lo que me imaginaba y bastante fácil de tirar, al menos en estilo occidental mediterráneo, ahora tendré que aprender el estilo coreano, jeje.
Probando el arco por primera vez
Es muuuy bonito
Lamentablemente el día no dio para mucho más ya que el pollo picante de la noche anterior nos dio una digestión más que memorable y, especialmente en mi caso, durante casi todo el día no pude separarme mucho del cuarto de baño. Sé que queríais saberlo, LOL. Al menos habíamos cambiado de hotel a uno limpísimo.
Os presento al pollo picante de la muerte de la cena del día anterior
En fin, que al día siguiente nos propusimos recuperar el tiempo perdido. Por la mañanita nos fuimos a lo que se llama Korean Folk Village en Suwon. Se supone que este pueblecito es una recreación de lo que sería un pueblo tradicional coreano en época pretéritas, intuímos que en torno a los siglos XVII a XIX pero no estamos seguros. El pueblecillo tiene su calle de artesanos, casas de granjeros, casas de hacendados, templo, mercado, etc. Por supuesto todo está salpicado de sitios para comer, probar la "experiencia" de hacer cosas de artesanos bastante típicas como pintar pañuelos o cosas de paja. A ciertas horas tienen representaciones algunas de corte más circense, como un espectáculo con caballos o equilibrios en un cuerda, y otras más "culturales" como una boda o unas danzas tradicionales. El sitio es un lugar perfecto para excursiones escolares.
En la esplanada del inicio había muchas esterillas con mochilas de los pipiolos
Una de las partes del espectáculo ecuestre que más nos gustó, claro...
Un poco más de circo, pero siempre con ritmo y música pop
Para nosotros no estuvo mal para dar una vuelta y tratar de averiguar cuánto habría de histórico en lo que estábamos viendo.
En cuanto te alejabas de las zonas principales, estabas a tu aire
A Pablo le gustó mucho el cuidado con el que habían construido los tejados tradicionales
Con el espectáculo de danza y música "de granjeros" que estuvo muy bien, nos despedimos del Korean Folk Village
Una cosa que sí que vimos fueron un buen puñado de carteles explicando que en este o aquel edificio se había rodado tal o cual serie de televisión coreana de corte "histórico". Donde sí que no entramos fue en el pequeño parque de atracciones que tienen en el recinto.
Por la tarde, tras una siestecita (de Pablo) y una paradilla para comer, nos fuimos a la fortaleza/muralla que da fama a Suwon.
Una de las puertas del norte
Al igual que la que habíamos recorrido en Busan días atrás, esta fortaleza se extiende por una amplia zona. El perímetro total de la muralla con sus puertas, torres de vigía y puestos es de unos 8km. A diferencia de la de Beomeosa, ésta discurre íntegramente entre los barrios de Suwon aunque hay gran parte de ella que han rodeado de parques y explanadas de hierba.
En lo alto de una torre de vigía, a mi espalda el campo de tiro que visitaríamos a la mañana siguiente
En un punto de ella hay además un club de tiro con arco tradicional, más sobre eso después.
Parece que en una zona es muy habitual manejar cometas, había al menos dos personas con bastante dominio del tema
Hemos de reconocer que tras el pollo del infierno y otras experiencias delicadas para nuestros estómagos nos hemos dado por vencidos con la comida coreana, está siendo demasiado para nosotros y llevamos varios días comiendo sandwiches (a mediodía, mamá, luego ceno bien y desayuno fuerte), yendo a restaurantes japoneses, italianos e incluso americanos. Todo con el objetivo de conservar la integridad de nuestros aparatos digestivos al menos hasta que volvamos a casa.
Para terminar nuestra estancia en Suwon, nos dejamos caer por un festival/torneo de tiro con arco tradicional que se celebraba en el club ya mencionado y del que nos enteramos gracias a un conocido de nuestros amigos arqueros británicos.
Fue una mañana de ver muchas flechas volar a unas dianas a 145 metros así que parte del tiempo lo pasamos en el café del piso superior con zumos y cafés fríos
Tampoco voy a entrar en mucho detalle porque Pablo va a escribir sobre ello en su blog, os dejo unas fotillos.
Desde un lugar parecido a la tarde anterior pero ahora con una hilera de participantes tirando flechas, todos de blanco
Lo pasamos bien, conseguimos hacernos entender con algunos de ellos. A alguno preguntamos y algún otro se nos acercó curioso por saber qué hacíamos por allí con cara de interés. Además nos hemos hecho con sendos anillos de cuerno para poder practicar el tiro coreano como es debido.
La señora nos hizo sendos anillos, llevaba el negocio con su marido. Muy agradables, les dimos uno de los turrones "premium" que llevamos como pequeños obsequios
Aunque desconocemos los matices de la técnica coreana, pensamos que esta mujer tiraba muy bien
Cuando ya pensamos en marcharnos de allí empezó a llover bastante, así que terminamos nuestra visita corriendo a la parada del autobús.
Por cierto, para los que ya conocéis a Pablo, esta fue otra de esas ocasiones en las que dice que no va a llover y, por supuesto, diluvia.
Antes de volver a Seúl nos tomamos un Okonomiyaki pero el estilo coreano no nos convenció aunque estaba rico