Corea del Sur: llegamos a Seúl
Pues ya estamos en Corea del Sur. El viaje que pensamos hacer el año pasado y que, por dejados, tuvimos que posponer, ha empezado al fin.
Antes de hablar un poco de lo que hemos hecho en nuestro primer día, es necesario que cuente una cosa del viaje en avión. Es muy importante. A Pablo le gusta la piña de Korean Air. Así es amigas, Don No-me-gusta-la-piña se tomó dos raciones, una para cenar y otra para desayunar. A partir de ahora se acabó el veto de la piña, vamos a comer piña todos los días \o/
La primera parada del viaje es Seúl. Ayer, nada más llegar y con el empanamiento propio del viaje no dio para mucho. Soltamos los bártulos en el alojamiento que hemos elegido, una casa de huéspedes tan cómoda como espartana, y nos fuimos a cenar un plato de ramen coreano muy rico y picante en un sitio enano en el que una señora muy maja nos tradujo el menú. En este restaurantito, tenían una escala de picante de 1 a 10, aún no sabemos si es estándar o particular de la señora. En cualquier caso yo decidí no arriesgarme y me fui al 1 mientras que Pablo se animaba con un 5, aunque al final se quedó en un 3 ante la alarma de la señora que no estaba muy convencida de que fuera a poder con el 5. Todo estaba muy rico pero ya os aseguro que mi 1 hacía algo más que agradar y yo acabé con los morrillos un poco escocidos.
De vuelta en nuestro cuarto, Pablo se puso a diseñar el plan de mañana mientras yo me entretenía con unos videos del semidios del Destiny Esoterickk, en cualquier caso, los familiares y reconfortantes sonidos del Whisper of the Worm me iban adormeciendo y acabamos por irnos a dormir a las 21.
Whisper of the Worm Fuente: bungie.net
Me alegra decir que he dormido casi del tirón 10 horas pero Pablo se desveló de madrugada por dejarse el móvil encendido, porque no me hace caso, y parece que se fue de paseo a las 5 de la mañana.
Uno de los edificios principales del complejo, en donde se realizaban cermonias como la de coronación
Nuetsro primer día empezó con un poco de empanamiento mental pero a pesar de ello nos fuimos paseando hasta el palacio Gyeongbokgung. El palacio fue construido en 1395 y fue el hogar y centro de gobierno para los reyes de la dinastía Joseon, que parece tener una gran relevancia en la historia de Corea. Como nuestro conociemiento de la historia Coreana es 0, nos hemos animado a esperar a que empezara el tour guiado en inglés. El tour ha estado bien pero se ha centrado más en hablar del uso de los edificios que recorría (trono, residencia del rey, residencia de la reina, oficinas de los funcionarios, etc.) que de la historia en sí misma. Hemos aprendido unos cuantos datos históricos, eso sí, pero a mí me hubiera gustado un poco más de profundidad en ese aspecto.
Mural dentro del edificio principal con motivos que se repiten en el complejo como el sol, la luna, las cinco colinas, el cielo, la tierra y los dragones
El complejo es actualmente sólo una fracción de lo que fue en su día y, aunque no estamos muy seguros de ello, en buena medida se debe a que durante la ocupación japonesa a principios del s.XX se desmateló gran parte, aunque no nos han explicado por qué. En cualquier caso, van poco a poco restaurando edificios y reconstruyendo áreas nuevas.
Pablo delante de uno de los pabellones más importantes rodeado por un lago arificial. Las figuritas en las alas del tejado tienen significado budista para expulsar los malos espíritus, función similar a las gárgolas aunque de origen diferente.
Al terminar nos hemos dado un paseo por los jardines y nos hemos metido en el Museo Folkórico de Corea (National Folk Museum of Korea) a ver si podíamos tener un pellizco para principiantes sobre la historia de Corea.
Atuendo rural de finales de siglo XIX en Corea (réplica)
Después de meternos en un café muy mono a tomar algo y conseguir una ración de azúcar que nos va a servir para tres días, nos hemos decidido a consumirla dando un paseo por el parque/colina que se levanta en el centro de la ciudad.
Lo más diplomático será decir que era el jetlag
Antes de llegar al parque hemos hecho una paradita rápida por un mercadillo de tiendecillas y puestecitos apiñados en calles diminutas para ver un poco el ambiente que se respira en algunos rincones entre las calles más anchas y concurridas. El mercadillo en cuestión estaba abarrotado de gente y puestecitos, aunque no hemos visto nada que nos haya llamado mucho la atención, la verdad.
Todo abarrotado de locales y turistas
A pesar de las buenas intenciones, viendo la pendiente, yo me he negado a que Pablo me hiciera el lío que me hizo en Miyajima y hemos subido en teleférico hasta la cima. Allí nos hemos encontrado con una romería de turistas y locales visitando el parque, disfrutando de las fantásticas vistas, los cafés y la torre en la que hay un mirador. Todo ha sido muy muy turístico pero la verdad es que las vistas merecen la pena porque te dan una campresión mejor de la extensión y el trazado de la ciudad. Seúl se levanta en colinas y montañas y gran parte de su extensión aprovecha los valles entre ellas dando como resultado un paisaje muy curioso de edificios que salen como setillas entre las montañas verdes.
Estáis viendo una pequeñísima fracción de Seúl, que tiene 25 millones de habitantes en su área metropolitana. Vista hacia el oeste.
Vista de las colinas del norte. Seúl se extiende por los valles como si fueran meandros de casas.
Tal y como prometí, bajamos andando.
Así hemos concluido nuestro primer día, mientras esperamos a recibir noticias de nuestra kittysitter y saber que nuestras peques están echándonos de menos.
Dando un paseo de vuelta cerca de nuestro hostalito. Nadie diría que inmediatamente detrás de Pablo se extiende infinita la ciudad con edificios altísimos.
Por ahora, estamos formándoos algunas opiniones sobre cosas que estamos viendo a nuestro alrededor (comportamientos de la gente y eso) pero no nos vamos a precipitar y esperaremos a compartirlas.