Día1. ¿Cómo empezaste con los juegos de rol?
La primera pregunta de este desafío de los 30 días lanzado por la gente de TrasgoTauro es bastante fácil, sólo hay que hacer un poco de historia.
El primer juego de rol que sostuve entre mis manos fue MERP de ICE, aunque por aquel entonces no tenía ni idea de quién era Tolkien o de lo que era un juego de rol. El libro era precioso, lleno de ilustraciones evocadoras de cuentos de hadas y yo no podía dejar de preguntarme qué demonios era ese libro tan chulo que había descubierto entre las cosas de mi primo mayor. No fue hasta unos cuantos años más tarde que ese libro volvió a cruzarse en mi camino y el misterio se desveló al fin.
No sé muy bien cómo se hizo mi hermano con el juego, sé que lo compró pero ni idea de por qué o dónde había oído hablar de él, imagino que debió ser en el colegio pero hasta ahí llego. La cuestión es que a partir de ese momento empezamos a jugar de vez en cuando, los dos solos, él dirigiendo y yo jugando. No recuerdo demasiado bien aquellas partidas pero hay una que brilla aún en mi memoria. creo que mi personaje era algún tipo de soldado de la Alianza con una misión de rescate para salvar al mismísimo Han Solo! Así que ahí estaba yo, infiltrada en alguna base del Imperio, con algún PNJ auxiliar cuando, ¡zas! nos encontramos con Darth Vader de refilón. Empezamos a huir por la base, intentando encontrar a Solo y, para nuestra sorpresa, resulta que por allí andaba Luke Skywalker que iba a rescatar a su amigo y nosotros no éramos más que una distracción :(. Bueno, os podéis imaginar que esta aventura fue divertidísima y llena de acción.
Algo que recuerdo de esas primeras experiencias es la sensación al leer el libro, al descubrir nuevos detalles del mundo en el que se desarrollaban las historias con las que habíamos crecido y pequeños detalles que entonces eran sorprendentes. Aún recuerdo cómo descubrí con verdadero deleite que el diseñador de los superdestructores imperiales era Lira Wessex, ¡una mujer! En mi mente de 13 o 14 años descubrir que una mujer podía diseñar una nave como esa fue una revelación, el mundo no está precisamente sobrado de figuras inspiradoras para futuras ingenieras/científicas aunque trabajen para el Imperio :).
Algo más tarde, cuando ya andaba por los 16 años conocí a la gente que forma mi grupo de juego más habitual y con La Llamada de Cthulhu, en los sótanos de un colegio mayor empezamos nuestra larga relación con el hobby.