Canadá: El lago Maligno y la carretera del infierno
Nos plantamos en el día 4 de septiembre con un plan. Pasar el día en la zona del lago Maligne. La previsión del tiempo daba lluvias para la tarde, así que esperamos poder hacer algunas rutas cortas por la mañana antes de que llegaran el chaparrón.
En muchos de estos trayectos, la carretera ofrece tantas buenas vistas como la ruta misma, así que es una ocasión extra para disfrutar de los paisajes de las Rocosas. Algo de lo que nos avisaron en Banff es que en el entorno de Jasper íbamos a ver muchos árboles rojos. La causa de esta coloración es un escarabajo que anida en su interior y acaba matándolos. En principio esto no es un problema, es parte del ecosistema. Los árboles jóvenes tienen mejores defensas y están sanos, cuando envejecen les ataca el escarabajo que los mata, caen, fertilizan el suelo y dejan paso a nuevas generaciones de árboles. Además puede ocurrir que algún incendio natural (como los que vimos en Waterton) acelere el proceso de renovación. El problema aquí es que no se producen incendios naturales desde hace mucho tiempo y la cantidad de árboles rojos que se ven es enorme, hay laderas en las que más de la mitad de los árboles están en estas condiciones. Se supone que una solución es la quema controlada pero debe ser todo una situación muy compleja entre los intereses económicos turísticos, la protección de la fauna o el momento de hacerlo, por ejemplo.
Cornus canadensis (familia del cornejo) en plena madurez de la flor antes de dar frutos
Llagados al lago Maligne, empezamos por una ruta no muy larga llamada Moose Lake Trail (moose es alce). Como se puede adivinar, la ruta lleva hasta un lago y, nada más empezar, vimos algunos avisos sobre los alces porque, aunque parezcan tranquilos y a lo suyo, siguen siendo animales salvajes que te pueden dar un buen susto si no mantienes las distancias. La ruta estuvo bien y dada la cantidad de gente que había no parecía que tuviésemos que preocuparnos de que apareciese ningún oso. Llegamos al lago y había ya varias personas pero por algún misterio todo el mundo se mantenía en silencio o hablaba en susurros, sin querer perturbar el silencio y la calma del lago y el bosque a su alrededor. Pocas veces se encuentra un grupo de humanos desconocidos que mantengan esa reverencia y paz sin ponerse de acuerdo.
Lago Moose
Después de esta ruta seguimos la bautizada en honor de una exploradora que a principios del siglo XX recorrió esta parte de las Rocosas: Marie Schäffer. Igualmente la ruta es muy tranquila y fácil y discurre rodeando parte del lago y por un bosque.
En mitad del camino Marie Schäffer
Vistas de Opal Peak desde el camino Marie Schäffer
Lago Maligne
De vuelta a Jasper nos paramos en Maligne Canyon para ver unas cascadas y un cañón, como su nombre indica, esculpido magistralmente por el río ...
Además, para que no nos fuéramos todo tristes, por la carretera nos encontramos un parón a causa de un uapití (ciervo canadiense) que estaba tan campante comiendo casi al borde de la misma.
Uapití macho con buena cornamenta, seguramente solitario
Esa noche cenamos en la caravana y tenía pinta de que no iba a llover, así que Pablo se armó de paciencia e hizo un nuevo intento de hacer un fuego en el espacio para hacer una hoguera en nuestra plaza en el camping. Hasta ahora no lo habíamos comentado, pero casi todos los campings en los que hemos estado tienen un lugar preparado para hacerte un fuego. Tienes que pagar un permiso que a veces viene con la opción de coger madera de su depósito y otras tienes que comprarles la madera. El caso es que habíamos hecho ya varios intentos fallidos: lluvia, madera, falta de tiempo, etc. Pero se presentaba la noche perfecta, sin previsión de lluvia y con madera razonablemente seca. ¡¡¡Viva!!!
Tras la cena nos sentamos pegaditos al fuego y nos dejamos llevar por el ambiente, pocas cosas hay tan evocadoras y fascinantes como un buen fuego luchando contra el frío y la oscuridad de la noche. Con un cielo estrellado casi sin nubes, los árboles altos recortados contra la oscuridad y el fuego danzando en sus troncos era muy fácil imaginarse una conexión con todos los humanos que alguna vez se han reunido en torno a un fuego en la noche para ahuyentar nuestros miedos y compartir historias. Creo que es uno de los mejores recuerdos de este viaje.
Concluida nuestra última noche en Jasper retomamos la carretera de vuelta a Banff, yo tenía la esperanza de que no nos pasáramos otras nueve horas de camino pero ni de coña, ocho horitas que se fueron otra vez con dolor de cabeza de regalo. Cierto que vimos algunos sitios muy bonitos en el camino pero ahí está la cosa, un poco rollo se hace y yo acabé hasta el gorro de carretera, volante, montañas y árboles. En fin, que os dejo con las fotos de sitios bonitos para que esto no se convierta en una queja :P
El inicio de las Athabasca Falls desde otro ángulo con el Monte Edith Cavell de fondo
Garganta del río Saskatchewan Norte que recorre paralelo parte de la carretera Icefields
Vista desde el cañón Mistaya del río homónimo con varios glaciares al fondo