Assassin's Creed III: Liberation

La publicación de este juego destacó por ser el primero en el que el Asesino protagonista es una mujer, Aveline de Grandpré. Muchos nos hemos preguntado qué problema podría haber para que el Asesino después de más de cinco juegos (contando los de las portátiles y móviles) nunca fuera una mujer, especialmente cuando en el juego se reconoce la existencia de asesinas a lo largo de la historia tal y como se muestra en el Santuario de Monteriggioni en Assassin’s Creed II. Así que con un ¡ya era hora! y un poco de pena porque su lanzamiento fuera inicialmente sólo para la PS Vita, pasamos al punto en el que el juego se puso a disposición de los jugadores de las consolas de sobremesa.


Santuario en Monteriggioni – Fuente: Assassin’s Creed WikiKainzorus Prime

La versión del juego que estoy jugando es la adaptación para la Xbox360 y aunque no sea el juego que mejor aprovecha la potencia gráfica de la consola, tampoco se puede decir que sea horrible. Yo diría que está más cerca del primer Assassin’s Creed que del último pero en términos de lo entretenido o no que es el juego esto no supone un gran problema.


Abstergo

A diferencia de los anteriores (aviso que he jugado todos los de consolas de sobremesa salvo el Black Flag) este juego no tiene un protagonista en la actualidad, lo que presenta es un cierto componente de meta-juego en el que eres tú el jugador que está jugando un juego publicado por Abstergo (la compañía responsable de todos los males del universo AC) y muy de vez en cuando se te harán guiños sobre algo escondido dentro del mismo. Esto es un cambio interesante y una forma fácil de no tener que introducir un protagonista conductor de la historia distinto de Desmond Miles o de meter el juego en la línea argumental de los anteriores.

En términos de historia, para mí supone una mejora en lo que respecta al Assassin’s Creed III en el que nunca tuve una idea muy clara de cuál era el objetivo de su protagonista, Connor, al ir de un lado a otro haciendo de correveidile a los padres de la Revolución Americana. No es que éste sea terriblemente claro tampoco, pero hay una idea de fondo en la que queda claro que Aveline trata de luchar contra la esclavitud en Luisiana y de descubrir los propósitos detrás del tráfico de esclavos entre Luisiana y Méjico. Lo que me está cargando un poquito es que, como en tantas historias de esta época, los malos son los españoles, ya sabemos, los más malvados de la historia y que, por supuesto, todos son morenos cetrinos y con bigotazos, ¡vivan los estereotipos!


Rafael Joaquín de Ferrer, de Guipuzkua! – Fuente: Assassin’s Creed Wiki

Adornando esta misión principal hay una serie de misiones secundarias que proporcionan objetivos adicionales. En este caso no puedo decir que esté muy interesada en ellas. Ya desde las misiones secundarias de Assassin’s Creed II: Revelations, voy perdiendo cada vez más el interés en ellas ya que o no sabes para qué tienes que ir recogiendo ciertos objetos por todas partes o la recompensa tampoco es lo suficientemente atractiva como para invertir el tiempo necesario. No es que recoger los estandartes desperdigados por todo Oriente Medio fuera fascinante en Assassin’s Creed o que recorrer la Toscana cogiendo plumas en Assassin’s Creed II fuera lo mejor, pero no sólo estas tareas acompañaban unas historias principales que me mantenían completamente enganchada a esos juegos, sino que además tenía muy claro que en el primer caso conseguiría más sincronización para mi personaje (más barra de vida) y en el segundo una capa con el emblema de mi familia (que tampoco sirve de mucho pero que es un objetivo claro). Esto no es tan evidente en los dos ACIII, nunca me quedó muy claro para qué tenía que ir Connor recogiendo trofeos o pieles por Nueva Inglaterra o para qué quiere Aveline tantos relojes y broches.

Dicho esto, la mecánica de juego es la misma de siempre con escasas variaciones, aunque he de decir que el combate me parecía más efectivo en los ACII que en cualquiera de los ACIII, que los controles de combate parecían responder mejor en los antiguos que en estos dos. No estoy muy segura si esto se debe a los juegos en sí mismos o al hecho de que los ACII los he jugado en la PlayStation 3 y los ACIII en la Xbox360.

En cuanto al sistema de comercio, se basa en enviar barcos a distintas localizaciones del Caribe, adquirir productos en un puerto y venderlos en otro en el que los necesiten. Este sistema es fácil, nada engorroso y completamente obviable. Es una forma excelente de conseguir más dinero para comprar más equipo. A diferencia de ACIII en el que el comercio era algo tedioso y en el que además yo nunca encontré aliciente en comprar más armas dado que las que adquirí pronto en el juego eran generalmente mejores que las disponibles, aquí si encuentro que hay posibilidad de comprar mejor equipamiento a medida que avanzo.

Una novedad que incluye el juego es la posibilidad de cambiar de atuendo a tu asesino. Además de los cambios de color del atuendo, Aveline puede cambiarse de ropa. En el juego esta mecánica recibe el nombre de “Personas“. Aveline tiene a su disposición tres Personas: esclava, lady y asesina. Cada una de estas Personas tiene unas características específicas que confieren ventajas e inconvenientes y que pueden ser útiles para cada una de las misiones. Aunque la idea es buena y es divertido poder cambiar entre las tres opciones, el juego limita mucho la posibilidad de usarlas de forma creativa. No se deja al jugador la posibilidad de descubrir cuál podría ser la Persona más útil para una misión, sino que es el juego el que te obliga a cambiar de una a otra para cumplir cada misión. Por supuesto, que cuando Aveline no está haciendo una misión en concreto puede alternar entre ellas y cumplir los objetivos alternativos que hay para cada una de las Personas, pero en mi opinión hubiera sido más interesante dejar al jugador elegir cómo quiere enfrentars](GHOST_URL/content/images/2014/05/Assassins-Creed-III-Liberation-Aveline-All-Disguises.jpg)

Algo que me parece muy interesante relacionado con la mecánica de las Personas es que si el jugador se para a pensar un poco rápidamente puede darse cuenta, aunque sea de forma superficial, de lo que supone cada una de las Personas que Aveline está representando. Está claro que el atuendo de Asesina, es lo que es y que es el menos significativo de todos en términos históricos, también es el que más rápido acumula Notoriedad, lo que afecta a lo rápido que los guardias detectan la presencia de Aveline. Pero los otros dos dan para algo más. Aveline es una mujer y además es de raza mixta, hija de un hombre francés y una mujer africana. Cuando Aveline va vestida de esclava, nadie repara en ella pero si comete cualquier tipo de transgresión gana Notoriedad muy rápidamente. Por el contrario, cuando se viste de Lady, gana Notoriedad muy despacio, pero no puede hacer muchas cosas básicas en el juego, como puede ser correr rápido (corre, pero es lenta lenta). El atuendo también determina la cantidad y tipo de armas que se pueden llevar, siendo el de Lady el más limitado en este aspecto. Lo que me parece destacable es que es muy fácil darte cuenta de las limitaciones y espectativas que tiene la sociedad sobre Aveline por el hecho de ser una mujer y además medio africana.

En cuanto al personaje, me alegra decir que Aveline es un personaje interesante, si bien no tiene el encanto de Ezio o la intensidad de Altair (mi preferido), está mucho mejor definida que Connor, tiene una personalidad definida y actúa con agencia, algo que eché mucho en falta en su coetáneo.

Por menos de 14€, su precio en Xbox Live, es un juego entretenido, con una duración más en la línea de Assassin’s Creed II Brotherhood o Revelations que en la de los títulos principales, y con alguna que otra sorpresilla agradable. No es imprescindible pero cuando llevo algo más del 50% completado puedo decir que está siendo mucho más satisfactorio de lo que nunca lo fue Assassin’s Creed III, aquí mi reseña del juego.